Norcorea estaba comiendo la comida del hospital, la típica sopa con gelatina y un poco de jugo de manzana, masticando despacio perdido en sus pensamientos, se enteró de muchas cosas en poco tiempo, ¿que paso con Surcorea? ¿Que tanto sucedió en mi ausencia? ¿Kirguistán estará bien? Le contaron un poco de lo que le pasó, también de la muerte de Moldavia, no sabía cómo reaccionar con lo último.
Le dijieron que por su tratamiento y transfusión de sangre estaba estable y curada totalmente de su enfermedad, eso es genial, aunque le gustaría verla, espera, si puede verla, pero...
Debes tener reposo total y cuidarte
Patrañas, pensó, ya sobrevivió a una sobredosis de drogas, el levantarse ahora para caminar no lo afectaría.
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.Mientras tanto Kirguistán veía el broche que le dio Moldavia algo triste, pensar que ese era su último regalo, en eso, escucha a alguien tocando la puerta, pensando que era una de sus hermanas le dio el pase de entrada pero no eran ellas.
- Oh, hola Norte...¡Norcorea! *grito sorpendienda de ver al asiático en pie y despierto*
- Parece que viste un fantasma -
- Aja...*exclamó mientras agarraba un poco de señal *
- No te dijieron que había despertado ¿verdad? -
- jeje... no
Me, alegra que estes mejor, pero *viendo que todavia usa la bata del hospital * no deberias estar ¿descansando? -
- No, no lo creo, tu...me contaron lo que sucedió, lo siento *hablo despacio mientras se sentaba junto a ella -
- No tranquilo, esta bien *mintió a duras penas la kirguis, cosa que fue muy obvia, tras decir aquello solo trato de ver a otro lado, hasta que finalmente soltó a llorar, todo era demasiado para ella, Norcorea se sorprendió, era la primera vez que la veía llorar, recordó lo que pasó en el campamento cuando ella lo consoló, ahora el lo haría, por que gracias a ella pudo salir adelante, era hora de devolver el favor, así que, abrió sus delgados brazos y la abrazo cuidadosamente.
Kirguistán dejo derramar todas las lágrimas que pudo mientras ambos estaban en silencio, no un silencio incómodo, al contrario, era algo reconfortante.
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.Pasaron los días, ambos asiáticos estaban bajo supervicion de OMS, recibían visitas de sus seres queridos y amigos, sus visitas alegraban mucho a los contrys, no había mejor medicina que eso.
Aunque regañaron a Norcorea por salir de su habitación, no le importo, de hecho Kirguistán comenzó a hacer lo mismo, era divertido.
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.La de alas de águila leía un cómic con su lámpara de noche, estaba oscuro y era su única iluminación además de la luz de luna y estrellas que pasaba por su ventana.
Leía atentamente cuando noto que una hoja pasó bajo la puerta de su cuarto, suponiendo de quién era fue directamente a recoger la nota.
Estoy en la cafetería de la terraza
Kirguistán sonrió, busco un suéter y salió cautelosamente de su habitación.
Se dirigió a donde la nota dijo, y ahí estaba el, tratando de prender una linterna, ¿como le decimos que no tiene baterías?
La kirguis trato de no reír, se acerco y sorprendió de espaldas a su amigo.
- Sabes que no tiene pilas
¿verdad? -
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Girasoles.
RomanceOh Corea del Norte tu siempre has pensado que nadie te querría ni mirar. que pasarías el resto de tus días solo y que jamás encontrarías el amor pero oh,te equivocaste y al final pudiste hacer que tu corazón y tu alma volviera a vivir.