Tarareabas para ti misma mientras te desplazasbas por tu teléfono. Saltaste cuando Rosé salió detrás de ti y te abrazó por detrás. Con sus brazos envueltos alrededor de tus hombros y un beso en tu cuello, no pudiste evitar la risita que cayó de tus labios.
Fue un hermoso día hoy. Rosé se despertó en un estado de ánimo brillante y alegre. Ella y las chicas tienen unos días libres y estaba emocionada de pasarlos contigo. En su opinión, no había una mejor manera de comenzar el día que este.
––Te ves hermosa esta mañana––. Ella susurró en tu oído.
––¡Estoy en sudaderas!––. Te reíste.
Cerraste tu teléfono y te diste la vuelta, enrollando tus brazos alrededor de su cuello mientras rozabas la punta de tu nariz contra la de ella. ––Estoy en sudaderas con un par de calcetines esponjosos en mis pies y mi cabello en un moño desordenado.Rosé se encogió de hombros mientras te miraba arriba y abajo, su corazón revoloteaba en su pecho mientras miraba a tus ojos con una mirada de amor.
––¿Y? Todavía te ves hermosa, T/n. Siempre lo haces––. Ella acarició tu mejilla y con una sonrisa brillante, te inclinaste en su toque y luego besaste su palma.
La abrazaste con fuerza, solo apartándote cuando ella lo hizo para darte un beso.
––Estoy tan enamorado de ti, T/n––. Ella murmuró contra tus labios haciéndote alejarte con un tinte de rojo en tus cálidas mejillas.
Pusiste tu cabeza sobre su hombro mientras te sonrojabas.
––¿Podemos abrazarnos?
Ella se rió suavemente y asintió. ––Por supuesto que podemos, bebé. No tenemos nada más que hacer estar o en ningún otro lugar en los próximos días. Podemos abrazarnos tanto como quieras.
Ella te llevó al sofá y cayó sobre él, luego te llevó a sus brazos.
––Entonces no te dejaré ir––. Sus ojos marrones brillaban mientras besaba tu frente.
––Estoy de acuerdo con eso.