Le dices que es hermosa

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Estabas acurrucada en el sofá con Rosé, sintiéndote absolutamente segura de que no había mejor manera de pasar tu tiempo libre que envuelta en sus brazos.

Se notaba que estaba cansada. Podías entender porqué, ya que últimamente ha estado ocupada. Ella había estado tratando de mantenerse despierta para pasar tiempo contigo y terminar de ver la película que habías encendido; una que has estado tan emocionada por ver con ella.

Pero se estaba adormeciendo, perdiendo rápidamente la lucha por mantenerse despierta. Sus ojos se cerraron justo cuando giraste la cabeza para mirarla de nuevo.

Se veía hermosa; incluso en su sudadera y su largo cabello recogido en un moño desordenado. A pesar de que no tenía nada de maquillaje y tenía bolsas debajo de los ojos, se veía hermosa para ti, como siempre.

Pasaste los dedos por su cabello. Giraste algunos mechones alrededor de las yemas de tus dedos, viendo como ella sonreía un poco.

—Te ves tan hermosa.

Ella casi se burló. Sus ojos se abrieron y solo negó con la cabeza hacia ti.

—No. Probablemente luzco cansada—. Ella se rió entre dientes, pero la interrumpiste besando la comisura de sus labios.

—Bebé, eres hermosa. No solo te ves hermosa, eres hermosa. No solo por fuera sino también por dentro. Eres absolutamente impresionante. Te quiero mucho y tengo mucha suerte de llamarte mía.

Rosé se sonroja y trató de esconderse detrás de sus manos, pero tiraste de sus dedos, llevándolos a tus labios para besarlos antes de hacer lo mismo contra sus mejillas rosadas.

—Nunca olvides lo hermosa que eres o lo mucho que te amo.

Agarró tu cara y tiró de ti para besarte antes de empujar suavemente tu cabeza para llevarla contra su hombro.

—Te amo. Gracias por hacerme tan feliz.

Cerraste los ojos, feliz de estar allí en su cálido abrazo para siempre si pudieras.

—Espero poder hacerte tan feliz como siempre me haces. Te lo mereces, Rosé. Te mereces el mundo.

Rosé Imaginas - Libro uno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora