Abril está casi sobre nosotros, y con ello una nueva temporada social aquí en Londres.
Temporada donde conoceremos a bellas debutantes impacientes por ser desposadas
Temporada donde todas aquellas debutantes esperan encontrar el amor
O bueno... no...
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Josephine estaba recostada en su habitación con una gran sonrisa en su rostro. Simplemente no podía creer lo que había ocurrido. Si pudiera describir esa noche con una palabra diría: mágica. Todo había sido absolutamente mágico. El resto de la noche se la pasaron pintando y riendo. Al parecer también había sido una noche para limar las perezas, una noche para olvidar todos los problemas que habían surgido entre ellos. Una noche para recuperar su amistad y tal vez algo más...
Después de todos esos pensamientos. Josephine estaba tan cansada, que no tardó mucho en caer en los brazos de Morfeo.
Al día siguiente, cuando despertó lo primero que hizo fue abrir su ventana para sentir la brisa en su rostro. Estaba feliz, todo lo que había pasado la noche anterior la había hecho sentir de una manera excepcional.
Aún pensaba en la noche anterior que había pasado con Benedict. La cataloga como algo mágico, como algo de ensueño, que nunca jamás podría olvidar.
Con esa felicidad que mostraba a tres kilómetros. Decidió comenzar a arreglarse para la audiencia que tenían Benedict y ella, con la reina.
Se había enfocado tanto a arreglarse que perdió la noción del tiempo. Su puerta fue tocada por Mildred, quien apenas iba a despertarla para ayudarla a arreglarse. Mildred no había tardado, siempre llegaba a esa hora, pero Josephine había madrugado debido a los nervios.
Josephine abrió la puerta con una gran sonrisa.
—Señorita Josephine—dijo la doncella escaneandola de cuerpo completo—Venía a levantarla para que así la pudiera ayudar a arreglarse.
Josephine sonrió.
—Como puedes ver ya lo estoy, Mildred.
Mildred sonrió satisfecha.
—Se ve muy bien—Aseguró.
—Muchas gracias, Mill—Pero deja las formalidades, somos de la misma edad, no me gusta que me llames con un título antes de mi nombre—Soy Josephine a secas.
Mildred negó con la cabeza.
—Sabe que cuando lo hago inmediatamente me siento culpable—No se... no somos de la misma clase social y por eso tengo que tenerle respeto.
Josephine la miró mal.
—Tú eres igual que yo—Solo que yo soy bastante privilegiada por el título de mis padres—Yo no tengo ningún título... Y aunque lo tuviera eso no me hace mejor que tú.
