30.

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"New beginnings"

Una semana había pasado desde su llegada a Escocia. Su familia la había ido a visitar, tratando de convencerla de volver, aunque ella se negó.

La familia le dejó presentes a ella y al bebé, aunque aún era demasiado pronto.

La verdad había sufrido un poco debido a la soledad. Era una casa inmensa para ella sola y los empleados claro está.

Se encontraba desayunando cuando Clavence llegó a la escena.

—Señora—hizo una reverencia. —Tiene una visita.

Josephine dejó de comer y le presto atención al mayordomo.

—¿De quién se trata?

—El duque de Luvery.

—¡Oh! —exclamó con una sonrisa la rubia—Hazlo pasar al salón principal inmediatamente, Clavence.

El mayordomo asintió y se retiro a hacer su labor.

Josephine se levantó y se dirigió al salón principal.

Abrió la puerta y el joven que ansiaba ver se encontraba de pie observando todo.

—¡Laurie!

—¡Jo! —corrió el joven a abrazarla y cargarla en sus brazos. —No sabes cuanto me alegra verte así de bien, porque lo estás, ¿cierto?

La bajo lentamente y Josephine se acomodo el vestido.

—Hay tantas cosas que contarte.

Laurie asintió.

—Aunque creo que debes saber que estoy enterado de todo—Estoy enterado de la bajeza que te hizo Bridgerton—suspiró. —Y también estoy enterado de tu estado.

Josephine se sonrojó.

—Vamos a sentarnos—invitó al castaño a sentarse. —No hace falta decir quien te habló de esto, al parecer todo se mantendría en secreto, pero veo que no.

—La duquesa lo hizo por tu bien.

—No sé qué decirte.

—No tienes que decir nada, Jo—Él que tiene que hablar soy yo-dijo tomando su mano. —Eres sabedora de mis sentimientos hacia ti—Sabes que eso nunca cambiará.

Josephine negó rápidamente.

—No es tu responsabilidad.

—Lo es si tú me lo pides—Yo me haré cargo de ese niño, será mi hijo, seré su padre—sonrió ampliamente.


—Laurie...

—Laurie nada—Tus hijos llevarán el apellido Laurence—se arrodilló y sacó de su bolsillo una caja roja la cual abrió dejando ver un anillo con un hermoso diamante. —¿Quieres ser mi esposa?

Josephine se quedó atónita.

—L-laurie.

—Entiende que te amo y no dejaré de hacerlo nunca—Por eso te ofrezco mi amor para ti y para este bebé—dijo tocando su vientre. —Que si tú me lo permites, será mi hijo.

The Other Woman | Benedict Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora