The Other Woman | Benedict Bridgerton

24.

"I don't know how to live without you"

La rubia sintió su corazón destrozarse lentamente, pero no por eso iba a permitir que se burlaran de ella y menos a la luz del día.

Se limpio las lágrimas de su rostro para después comenzar a aplaudir lentamente.

—Supongo que los tengo que felicitar—exclamó fuerte para que ambos se separaran rápidamente.—Era así tu manera de demostrarle a Helena que no la amabas, ¿verdad?

—N-no es lo que tu crees, Sephie—comentó Benedict tratando de salir del agua.

—No estoy loca, Benedict—Y no hagas un esfuerzo en salir del lago, disfruta este momento con tu querida.

Benedict salió del agua sumamente empapado, se acercó a la rubia tratando de tocarla, pero esta se alejó.

—No te atrevas a tocarme jamás en tu vida.

—Pero déjame explicarte es toda una equivocación.

Josephine rió.

—¿Equivocación? —suspiró—No seas patético, yo vi que estabas bastante cómodo besándote con mi hermana.

Helena salió del agua totalmente desnuda, con una sonrisa en el rostro.

Josephine la miró de arriba a abajo y soltó una risa.

—Diría que te cubrieras para no actuar como una desvergonzada, pero con tu acto solamente dejas ver tu carencia de dignidad.

Helena rió y recogió su vestido del suelo, con el cual se cubrió.

—Y tú solo dejas ver la carencia del amor de tu esposo.

Josephine alzó las cejas con incredulidad.

—Eso no es algo que me importe—dijo mirando a Benedict—No me siento mal por no tener el amor de alguien como él, incluso me siento aliviada de que ahora te pertenezca—hizo una pausa—Aunque lamentablemente solo seas su querida, porque jamás serás su esposa.

Helena la miró con furia pero trató de disimular.

—¿Pero entonces de que serviría que fueras su esposa? —inquirió la mayor.

—De qué yo tendría un título, mientras tu seguirías siendo su secreto—Lamento que te tengas que conformar con ser el secreto de alguien, hermanita.

—Helena no es mi querida y nunca lo será, Seph—Yo te amo...

Helena lo miró y lo tomó del brazo.

—Ya no tienes porque fingir más, Ben—Ya se dio cuenta de nosotros dos, mejor que acepte que yo siempre seré tu querida y ella tu esposa, puedo ser compartida con mi hermanita, después de todo siempre le deje los juguetes que usaba.

Y con esas palabras Josephine se dio cuenta de todo, no tendría porque aguantar eso, no tenía porque ser la esposa de alguien que tenía una querida y menos si era su hermana. Así que no iba a aguantar ese trato, ella se tenía que divorciar, aunque eso implicará la habladuría de la sociedad, el desprecio, y tal vez su ida de Inglaterra.

—No, Benedict—No le hagas caso a mi hermana, ella ya no tendrá que ser más tu querida, será tu esposa.

Benedict la miró.

—J-josephine, por favor no.

Josephine no pudo aguantar más las lágrimas y las dejó salir.

—No seré más la otra mujer, Benedict—Lo he sido antes y no puedo seguirlo siendo ahora, nos tendremos que divorciar.