17.

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"One day to be my wife"























Sentada en el columpio del jardín, suspirando como enamorada. Josephine estaba rememorando el momento que tuvo una noche antes con su prometido. Tan solo de pensar que ya era su prometido, se ponía bastante nerviosa.

Aunque no sólo estaba pensando en eso. En su mente llegó el recuerdo de aquel sueño que la había dejado sin poder dormir. El sólo acordarse, la hacía sonrojarse. Había soñado cosas bastante subidas de tono con el ojiazul, jamás había pasado, no sabía porque estaba pasando, pero no le disgustaba, todo lo contrario. Pero eso no significaba que lo iba a decir a los cuatro vientos, o que se lo diría al protagonista en esos sueños, jamás lo haría, de sólo pensarlo sentía una vergüenza apoderarse de su cuerpo.

—¡Josephine! —gritó Edward tomándo el columpio para moverlo y así espantar a la rubia.

—¡Edmund! —exclamó Josephine furiosa mientras se levantaba para poder propinarle un golpe a su hermano menor.

El pelinegro esquivo el golpe de su hermana, acto que hizo enfadar a la chica.

Josephine no se dio por vencida, así que trato de propinarle un golpe más, esta vez acertó.

Edmund se quejo e inmediatamente puso un puchero.

—¡Le diré a mamá que me pegaste!

—¡Yo también se lo diré! —exclamó Josephine—Y no le gustara saber que un hermano le pego a su hermana, ¿o si?

Edmund negó con la cabeza mientras unía sus manos en gesto de súplica.

—¡No se lo digas por favor! —O me obligará a ir al baile que hay esta noche.

Josephine sonrió como si le hubiera dicho las palabras correctas.

—Creo que no debiste confesar tu punto débil—Pero ni modo, te irá bien empaparte un poco de la sociedad—dijo la rubia alzando los hombros en gesto de indiferencia.

—¡No! —Por favor Josephine—rogó Edmund—No le digas o me llevará y lo que menos quiero es que me ponga a bailar con alguien—hizo una pausa mientras bajaba la voz como si fuera a decir un secreto de estado—Además seguro va a querer que baile con Hyacinth.

Josephine dio en el clavo. Desde hacía varios meses se había dado cuenta de los sentimientos de su hermano por la menor de los Bridgerton. Aunque no era de los que si estaban interesados querían pasar más tiempo con la persona, era todo lo contrario. Prefería estar lo suficientemente lejos y no verla.

¡Justo igual que ella! Genial, Edmund había salido a su hermana la penosa por amor.

—¿Y no quieres hacerlo?

Edmund negó rápidamente.

—¿Hyacinth no te agrada?

—No es eso—habló Edmund—Simplemente es que... no lo entenderías.

Josephine rodó los ojos.

—¿De verdad dirás eso? —exclamó la rubia—Creo que tu mejor que nadie has visto lo que he sufrido por ocultar mi amor— ¡Me casaré en un día con la persona a la cual ame en secreto por nueve años!

Edmund miró a su hermana con lo que parecía ser algo de lástima.

—Igual no hace falta que me veas con cara de lástima—comentó Josephine.

Edmund rió.

—Bueno creo que en eso del amor si has sido algo desdichada—aseguró el pelinegro—Pero esto es diferente... Hyacinth y yo no somos mejores amigos como tú y Ben, si nos hemos hablado dos veces, son muchas.

The Other Woman | Benedict Bridgerton Donde viven las historias. Descúbrelo ahora