Prólogo

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— ¡Váyanse! ¡Yo lo detendré! — gritaba Thalía mientras levantaba su espada.

— ¡No, Thalia! Ven con nosotros, ¡Podremos llegar! — rogaba Andromeda a su hermana, con los ojos llenos de lágrimas.

Thalía vio a su hermana menor, suspiró y le dirigió una mirada a Luke.

— Llévate a Annabeth y Andromeda al campamento, Luke — se volvía hacia las criaturas monstruosas—. Y no dejes que regresen, Grover.

Luke tomó a Andromeda y a Annabeth de Los brazos, siento ayudado por Grover. Corrieron hacia la entrada del campamento, y una vez que estaban a salvo, Andromeda empezó a forcejear.

— ¡No hagas esto, Luke! — sollozaba—. ¡No podemos dejarla ahí! ¡Es mi hermana!

Luke bajó la cabeza.

— Lo siento, Andy.

Un enorme árbol creció de la nada en la Colina Mestiza. Con aquel árbol se creó una barrera al rededor del campamento que impidió a los monstruos entrar.

Annabeth estaba en un estado de shock. Su boca estaba abierta ligeramente y parecía no poder parpadear.

Con la respiración agitada, Grover llamó a alguien. Pero Andromeda no estaba prestando atención. Su hermana estaba ahí muerta... y ella no pudo hacer nada.

— Oh, bienvenidos al Campamento Mestizo — habló un centauro—. Creo qué hay mucho de que hablar, Grover. ¿Les parece si vamos a la casa grande?

— Thalia... Thalia... — murmuraba repetidamente Andromeda.

Repitió el nombre de su hermana entre sollozos tantas veces, que se habían convertido en simples sonidos.

— Vamos por un chocolate caliente, querida — sugirió el centauro—. ¿Podrías decirme tu nombre?

Andromeda enfocó su mirada en el centauro, y con la voz más firme que pudo sacar en un momento como ese, respondió:

— Soy Andromeda Grace, hija de Zeus.

Midnights , Percy JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora