travesía 2: Señor de las moscas

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Estaba ya a habías kilómetros de mi pequeño pueblo con las ganas de regresar para atrás y olvidar lo dicho por lord Lucifer mas era imposible, eso me afecta directamente a mi y yo no quiero nada malo pase por no ayudar a recuperar las almas de los caídos que no han Sido juzgadas para ir infierno o directamente al cielo.

El frío era monstruoso, no sabía con exactitud a cuánto estábamos pero ha de ser grados bajo cero.

No me deje atemorizar por el horrendo frío, corrí a gran velocidad para tomar calor y al parecer funcionó en algo ya que al poco tiempo estaba sudando, no hago ejercicio físico por ello me canso con una gran facilidad.

Paré de correr a los pocos minutos, más exacto a los 10 minutos desde que corrí.

Sentía una mirada pesada en la parte detrás de mi nuca pero cuando volteo no había nadie.

Se han de estar preguntando en donde me encuentro en estos momentos y es fácil responderles...bueno eso creo.

Me encuentro en unas montañas no muy altas al menos en donde yo me encuentro porque al parecer más a la izquierda si hay más colinas.

Seguía y seguía caminando aunque la mirada la seguía sintiendo.

Era incómoda pero al mismo tiempo conocida.

20 minutos después ya cuando había salido de la zona nevada un círculo hecho de fuego apareció frente a mi.

Dentro del círculo apareció un cilindro muy alargado y en medio algo parecido a un óvalo, en las puntas del cilindro se formaron dos círculo, uno de cada lado, en el primero de ellos se creó una línea en la punta se forma un triángulo y más para abajo una línea cruzada con un triángulo a los lados, lo mismo ocurrió del otro lado, estas tenia una pequeña inclinación.

En el óvalo bajo una línea en la mitad hasta el fondo un cuerpo que parecía ser un niño en posición fetal se creó, el cuello una línea recta se hace y bajan dos líneas en las puntas con un círculo de cada lado, este extraño símbolo parece un jabalí.

Todo se prendió en llamas y de él un portal energía

—¿me extrañabas? Muerte querida —una voz conocida salió del portal, era una voz aguda, es lo único que puedo decir.

—jajaja entonces tú eras el que me seguía, séptimo príncipe del infierno, portador del pecado de la gula o también conocido como señor de las moscas.

Sale del portal un chico muy apuesto, de una altura alta, unos ojos rojos y un cabello corto y de un color negro.

Portaba unas botas negras, un pantalón negro y un saco largo del mismo color pero una camisa roja era algo contratante con Lucifer, sus dientes eran parecidos a colmillos como su fuera un lobo.

Sus alas eran iguales a las de un murciélago.

Su nombre si no les pareció claro pues es Belcebu, el señor de las moscas.

—¿Cómo ha estado mi dama? —usa un tono sarcástico.

Golpeó a Belcebú en el estómago pero ni se inmuta.

—eres débil Muerte, tu no eres de pelear y viendo tu cuerpo has sido muchas veces maltratada ¿quienes fueron para irlos a matar?.

Belcebú es un demonio muy amable conmigo hasta en el pasado salía con él.

—no fue nadie, así déjalo —acaricio su rostro con mi mano derecha —no entiendo por qué dejamos de hablarnos y de salir.

—oye Muerte, ya que estamos en la tierra ¿quieres ir a ver cadáveres de niños muertos?.

La Travesía De La MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora