Las paredes estaban hechas de piedra sincelada he iluminado con antorchas al estilo de un castigo del medievo.
No sabíamos por donde deberíamos caminar, habían distintos caminos por los cuales podríamos ir y llegar a nuestro destino.
Nos íbamos a separar para ver quien encontraba la salida más fácil pero recordé algo importante.
Este lugar es muy peligroso para andar solo.
Cruzamos por un camino que estaba a la izquierda, por accidente piso una placa de presión,
Flechas venían hacia nosotros, las cuales atravesaron mi piel, me sentía debilitada de imediato.
Iba otra flecha para mi rostro, no podía moverme.
Astaroth atrapa la flecha para observarla bien, en la punta vio un extraño símbolo que no se podía describir.
Solo sabía que ese sello se utiliza para absorber energía vital.
Me arranque las flechas y las tira al suelo, descanse un rato para recuperar mis energías pero no funcionaba, entre más pasaba el tiempo me dolía más.
Debía ser un sello extraño ya que ni Astorath supo que era a simple vista.
Sin embargo empezaba a sospechar.
Se puso en con las piernas cruzadas en el suelo, empezó a levitar.Apareció el grimorio de la lujuria, busco la página adecuada para el descubrimiento de sellos.
Leyó el verso y con ambas manos las movía de una manera extraña.
—Hoc signum invenio et dimittam, quod est super hoc animali, quod est liberatio animae huic daemoni alligatae.
Algo así dijo Astaroth: encontrare y liberare el sello que se encuentra en este ser vivo causando la liberacion del alma atada a este demonio.
En mi cuerpo apareció justo en donde perforó la flecha el símbolo de Amon conocido como el sello del carnero.
—esto es obra de Amigina...estamos cercas, yo no lo podré romper, es un sello especial para ti Muerte —observa con mayor detenimiento la flecha Astorath.
—para mi....¿yo que le hice?aparte Amagina ¿no era el demonio de las invocaciones?.
Belcebu pone su mano en su rostro y lo baja con una decepción.
—es amabas cosas....es mejor con los sellos que yo —responde la sucubo.
Proseguimos a caminar durante un largo tiempo, no encontrábamos a Amagina sin contar que este lugar cada que más nos adentramos parece una mazmorra, hay demasiadas trampas para ser un laberinto tradicional.
Belcebu cayó pero por suerte se salvo de la caída a una foza de lanzas.
Me empecé a desesperar un poco y más por el dolor que sentía, Las heridas no cicatrizan como normalmente lo harían.
La sangre no brotaba de mis heridas, paso poco tiempo hasta que mi cuerpo lo sentí más pesado que lo que ya sentía y me caí aunque me agarro Belcebu.
Mi estomago me dolía demasiado tanto así y empecé a vomitar.
Mi brazo temblaba demasiado.
Al poco tiempo entramos a un gran cuarto que parecia dentro un gran paraiso.
Grandes campos de una pasto verde, grandes colinas, un hermoso cielo azul, sin ninguna nube por encima.
Parecía el cielo del plano de la tierra, un gran río de cristal.
Un gran espacio aquí, no sabía como podía caber esto en un pequeño lugar, el gran trabajo ilusorio era magnífico.
Una hermosa mujer estaba sentada en el pasto con un unicornio blanco con un cuerno azul igual que su largo y sedoso cabello.
ESTÁS LEYENDO
La Travesía De La Muerte
SpiritualLa muerte, como hija de dios, se adentra en en una travesía por los distintos planos de la existencia misma para encontrar el responsable de alterar el estatus cuo de la vida al que las almas no llegan a al plano espiritual lo cual podría causar un...