La Travesía De La Muerte

travesía 7: Belfegor el príncipe de los vagos

-ahora toca ir con Belfegor....lo bueno que es alguien que poder tratar de una manera fácil, sin tener que pelear -paso mis dedos por mi cabello.

-bueno...como digas Muerte, y por qué no te pusiste la máscara o casco ese.

-cubre mi rostro y ello esconde mis emociones y sentimientos, yo me muestro como una persona compasiva y humana.

-no comiences con tus cosas, Muerte, tu sigues deseando ser una humana ¿es por eso que ni estando en el infierno te presentas con tu forma verdadera?.

Me siento en la tierra del lugar.

-si vas a empezar a criticarme...mejor vete, yo si aprecio a los humanos, no como la gran mayoría de demonios...estoy segura que los demonios y los humanos somos más iguales que lo que parecemos, no se cual es nuestra similitud pero ha de haber -miro a Belcebú directo a los ojos.

El me ve con una mirada extraña, se sentía pesada.

-hmm hay que seguir par adelante.

Este lugar se sentía muy solo, no veía a las criaturas que habitaban aquí, muchos de ellos eran insectos conocidos como las hidromantulas, estas criaturas eran parecidas a las arañas pero gigantes, usan tonalidades azules o rojas, pueden nadar tanto en la agua normal como en la sangre, tienen una habilidad de expulsar por sus colmillos lanzan sangre venenosa.

Portaban la misma cantidad de ojos que una araña común y corriente a excepción que eran ojos humanos, aterradores, eran saltones tanto que le lograban ver las arterias del ojo que conectan con los nervios ópticos, en el lomo tenían largas espinas con la punto roja o azul, se pueden lanzar en forma de agujas y el las patas, eran la misma cantidad de ocho patas con pinchos para atrapar con más facilidad a sus presas y no dejarlas escapar.

Las otras criaturas habitantes de aquí son los epidromeís táfon, son demonios atroporformicos, tomaban forma de un hombre lobos pero con alta desnutrición y una característica de ellos era sus largas uñas que parecían cuchillos y sus costillas que salían de su carne putrefacta, ojos rojos y un aliento similar al fuego.

Poseían una gran velocidad de movimiento y reacción, otra peculiaridad que tenían es la cola estaba compuesta de puro hueso.

Son dos de las criaturas reconocidas del anillo de la pereza aunque los epidromeís táfon también hay en el anillo de la ira.

Se me olvidaba también los ullamcorper son parecidos a los osos sin embargo su piel esta cubierta de piedras las cuales en las fisuras se lograba ver lava fría, esto es así ya porque no necesitan el calor exterior sino el interior y todo el calor que puede generar la lava lo absorbe su piel interior de las rocas.

En este anillo hace demasiado frío a comparación de los otros anillos.

Caminamos hasta empezar a encontrar criaturas como los ullamcorpers, los cuales las vernos se abalanzaron contra nosotros.

Se me había olvidado decir que son muy agresivos como la gran mayoría de depredadores.

Logramos esquivar la gran mayoría al movernos por los grandes bultos de piedras pero encontramos otro problemas el cual es el gran lago de sangre que habia delante nuestro.

El suelo empezaba a temblar, cada vez más y más fuerte, tenían miedo. eran las hidromantulas que se acercaban y no era solo una, eran varias.

-Muerte...¿estas lista para escapar? -Belcebú pone una sonrisa nerviosa.

-escapar...lo dice el demonio que alardea ser el segundo príncipe más poderoso....tanto miedo tienes para dejar tu orgullo de lado y huir....cuando veamos a Baphometh o Amon ¿huiras?, demuéstrame que eres poderoso y el grandioso señor de las moscas no le tiene miedo a nada -mi rostro apagado mostró una pequeña sonrisa y levante mi mano izquierda de lado.