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FELIX

Clima fresco y soleado + Día libre = ¡Picnic!.

Hace una semana escuché a Sunhee hablar con ella misma mientras hacía su rutina de noche, que deseaba hacer alguna actividad tranquila al aire libre.

Rápidamente pensé en un picnic.
Romántico, casual y cálido. Complementos perfectos.

Así que cuando muestro manager nos informó que tendríamos el día libre, no dudé en iniciar los preparativos para llevar a cabo mi sorpresa.

—Jeongin, es vino blanco. La etiqueta lo debe decir o simplemente lo sabrás por el color. Solo lee — suspiro acariciando mi entrecejo y lo escucho balbucear.

—¿Tendré que buscar a un empleado?— pregunta quejoso y hago un sonido de afirmación — ¿Por qué me haces ser tan independiente? ¡Soy el menor!.

—Ya eres mayor de edad — contradigo y suspira.

—Quiero sacar mi tarjeta de Maknae.

—Muy tarde — sonrío divertido al imaginar la expresión que debe tener ahora.

—Creo que ya lo encontré. Bueno, nos vemos en unos minutos — y sin más, corta la llamada.

—Bien Yongbok. Tienes la manta, los bocadillos, actividades sencillas para hacer, un paraguas, bloqueador solar y la cámara — hablo conmigo mismo mientras veo el interior de la mochila.

—¿Esto va dentro del código se vestimenta?— pregunta Sunhee en el pasillo y cierro la mochila en un segundo.

Camino hacia el inicio del pasillo e inevitablemente sonrío al verla. Llevaba uno de los vestidos que le obsequie, unas sandalias que Rachel le obsequio de cumpleaños y su cabello ondulado. Su maquillaje era leve, tonos rosados y algunos brillitos. Ella es tan perfecta siendo ella misma.

—Estás preciosa. Todo lo que eligieras iría dentro del código de vestimenta — respondo embobado acercándome hacia ella para rodear su cintura con mis brazos— Eres muy hermosa ¿lo sabes? — pregunto con un tono bajo viendo sus ojos y asiente tímidamente en respuesta — Te amo — dejo un tierno beso sobre sus labios.

—Yo también te amo— sonríe convirtiendo sus ojos en medias lunas.

[ 🐥 ♡ 🐻 ]

—¿En serio vamos a ir de picnic?— me ve emocionada y asiento — ¡SI!.

Estuvimos todo el camino hacia el Río Han hablando de los próximos proyectos y temas sin sentido.

Una vez que nos establecimos en un lugar con sombra y sin tantas personas alrededor, nos dispusimos a pasar un buen momento lleno de tranquilidad.

—Ve lo que empaqué— digo sacando las galletas con chispas de chocolate de la mochila.

—¡¿Cómo las hiciste sin que me diera cuenta?!— se acerca para tomar una.

—Las hice en casa de Chan — sonrío viendo su expresión alegre.

—Están deliciosas — felicita y tiro un poco de ella para acercarla a mi cuerpo. Observo detenidamente su rostro y acerco mi mano a este para acariciar suavemente su mejilla.

—Quiero morderte — digo de la nada haciéndola reír a carcajadas.

—¡Qué random! — admite aún riendo — Un silencio y tú " Quiero morderte" — intenta imitar mi voz y arrugo mi nariz.

—Es que me entró el impulso de morderte, pero primero pido permiso para no asustarte — explico divertido — Pollito vampirico — hago una mueca enseñando mis colmillos.

—Estaba pensando en eso — admite frunciendo su ceño divertida.

Tomo su mano y muerdo suavemente uno de sus dedos para luego besarlo.

Es algo que no puedo explicar, pero a veces me invaden unas terribles ganas de morder a Sunhee. La primera vez que sentí ese impulso, lo debo admitir, me asusté. Rápidamente busqué en Internet si era normal, y resultó que sí lo es.

—Te pierdes mucho en tus pensamientos, Yongbokie — susurra ladeando su cabeza. Coloco mi cabeza sobre sus piernas y veo algunas nubes decorando el cielo — ¿En qué piensas?.

—En ti — respondo al instante y bufa — En serio, rondas en mi cabeza todo el tiempo. Te debería cobrar por vivir aquí dentro — señalo mi cabeza y corazón.

—Eres muy romántico — noto una ligera sonrisa en su rostro. Soy tan feliz de poder hacerla sonreír genuinamente. Me siento muy bien conmigo mismo cuando la hago reír o sonreír.

—Te trato como te mereces — cierro mis ojos al sentir sus caricias sobre mi cabello — No mereces menos — niego diminutamente reforzando mis palabra — Cada día me esfuerzo para dejarte saber lo valiosa que eres. Quien te diga lo contrario, debe tener por cerebro un grano de azúcar — comparo para escucharla reír un poco.

—Estar contigo me hace bien — suspira relajada — Estás semanas han sido muy cansadas. Necesitaba este respiro ¿sabes?. Salir a tomar aire fresco y compartir un buen tiempo contigo sin que estemos trabajando — asiento escuchando cada una de sus palabras — Agradezco que seas muy atento y considerado.

—No tienes porqué agradecer. Es lo que todo novio debe ofrecer en la relación — muevo mis manos negando y recibo un beso en mi frente por su parte.

—Tu eres el estándar, Lee Yongbok.

[ ♡ ]

—¡Mira que lindos patitos!— señala cuatro patitos que pasaban.

Uno de ellos se queda atrás y ambos nos vemos sin saber que hacer.

—Esperemos a que la mamá aparezca — sugiere antes de que nos acerquemos.

—No está. ¡El patito se quedará solo si no lo llevamos con sus hermanos!— señalo los demás patitos frustrado y ella ve a los alrededores.

—Hay que tomarlo rápido — se pone de pie — Primero vamos a guardar todo, esta anocheciendo — indica señalando las cosas sobre la manta y hago una mueca impaciente — Será rápido, veremos si mientras aparece la mamá.

—Okey — comienzo a tomar las cosas y colocarlas dentro de la mochila sin quitarle la vista al patito.

Al finalizar de guardar todo, cierro la mochila y la poso en mi espalda para ir tras el animal lentamente.

—Ten cuidado, Yongbok — advierte Sunhee yendo detrás de mi.

—Será rápido, la mamá no está — aseguro y tomo al patito. Este comienza a hacer ruidos extraños y veo a Sunhee sin saber que hacer.

—¡Llévalo con sus hermanos!. ¡Rápido!— mueve sus manos apresurada.

—Si,si,si — repito caminando rápidamente hacia los demás.

—Yongbok... — llama con un tono nervioso.

—¿Si? — respondo sin girarme a verla. Solo tuve que escuchar el graznido para saber que ya debíamos irnos.

—¡CORRE! — grita y dejo al patito cuidadosamente en el suelo. Sunhee toma mi mano y comenzamos a correr fuera del lugar— ¡Te dije que debía estar cerca!.

—¡AY!— suelto al girar mi cabeza y ver a la madre detrás de nosotros — ¡Debemos correr más rápido!.

—¡Eso intento!.

Estuvimos dando vueltas por todo el Río Han rezando que la mamá pato nos dejara de perseguir. Cuando por fin sucedió, ambos estábamos agotados. Sunhee y yo nos dejamos caer en uno de los bancos vacíos intando calmar nuestras respiraciones.

—Ni en nuestro día libre nos libramos de hacer ejercicio. Increíble.

—Sunhee, ya tienes una excusa para no ir al gym hasta al menos tres días.

♡! Two Suns [ Felix y Tú ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora