30. Descubrimiento

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Daniela

Idiota eso soy, fui a buscar a Poché para disculparme pero la encontré con Amanda sobre su escritorio.

Mis lágrimas salían y mi pecho dolía, ella estaba a punto de hacerle el amor y yo simplemente no puedo estar con alguien  mas que no sea ella.

—Eres una estúpida Daniela Calle—me regañaba.

Me paré rápido para ir al baño a laverme la cara, agradecía tener baño privado.

Salí y vi que Amanda iba saliendo con Natalia.

—Señorita Calle ya nos vamos—anunció Nat.

—Tengan buena noche—pasé por un lado sin prestar atención a más.

Llegué a casa, me senté en el sofá y Adri llegó corriendo junto a Ramón.

—Mami que bueno que llegaste te tengo algo—

—¿Qué pasa mi amor?—pregunté agarrando sus manitas.

—Escucha—dijo y se paró frente a mí tomando aire—Rrrrrrrr—fue la escena mas tierna que he visto—Porrrr fin mami ya puedo decirrrr—me emocioné mucho y la vez me dio gracia por la forma en que la dice.

—Felicidades mi amor—la cargué y la llené de besos—estoy muy feliz por ti—

—Grrracias mami, nana me enseñó—ella llegó y sonrió.

—¿Ya te dio la noticia?—asentí emocionada—esta tarde aprendió a decirla—

—Gracias por enseñarle nana, siento que me estoy perdiendo mucho de mi hija—ella se fue corriendo con ramón al jardín.

—Es por trabajo mi amor—

—Voy hablar con Poché para turnarnos y pasar más tiempo con ella—

—Eso estaría bien ¿vas a cenar?—

—Sí solo me doy un baño y bajo—

—Preparé fajitas Adri quería y te aparté o ¿quieres que te haga otra cosa?—

—No nana eso está bien, oye y mi mamá creo que se quedará para siempre con Doris, solo llama a preguntar si estoy bien, creo que hasta ama más a Juli que a mí—

—No seas celosa, solo está allá porque Juli está de luna de miel y no puede estar viajando mucho, es un poco largo el camino—eso era verdad estaba un poco retirado, por eso Juli se había mudado por las clases en la universidad.

—Esta bien, ya vuelvo—subí y me quité la ropa para darme una ducha, fui hacer chichí primero y cuando me levanté sentí un leve mareo, debe ser porque no he cenado y muero del hambre.

Me duche rápido y bajé para comer.

—Mmm huele rico—dije viendo mi comida. Empece a devorar mis fajitas, estaban deliciosas que le pedí a mi nana más.

—Parece que si te gustaron—comento sonriendo.

—Estaban deliciosas nana ¿tienes pan tostado? Se me antojó uno con mermelada—me vio raro pero me alcanzó lo que pedí.

—Estabas muy hambrienta—

—No almorcé bien y ya es tarde seguramente se me juntó el hambre de los dos tiempos—

—No deberías saltarte las comidas te puede hacer daño—me regañó.

—Tranquila prometo cambiar eso—dije y terminé mi pan. Salí al jardín y mi niña jugaba con sus muñecas y Ramón.

Sonreí al verla mi niña está creciendo rápido.

Ya pasaron tres semanas y Sebas no ha vuelto, los viñedos necesitaban de su atención y cuidado allá me alegra saber que él es muy bueno en su trabajo.

Ángel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora