Capítulo extra.
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Creo que nunca terminaré de entender a Felix y su forma de vivir. Quizá por las diferencias entre los millones en las cuentas de banco de cada miembro de su familia a los 5,000 quincenales de mi papá. Y es que su vida parece tan ajena a mí.Pero lo que siento con Felix no es lo mismo que con su papá. Cuando era niño veía muy seguido a Elliot a pesar de que mi papa dijera que vivía demasiado lejos. A pesar de que Elliot me traía regalos cada que venía y me tratara bien junto con su esposa, había algo en ellos que me asustaba. Para Felix soy completamente lo contrario, creo que ni siquiera me tolera, pero algo me sigue llevando a él; no me gusta la manera en que me trata o la manera en que parece incómodo siempre que estoy cerca de él y me hace querer alejarme y nunca puedo, es como si hubiera una voz que me dijera que me quedara.
Estoy tan familiarizado con su familia. Mamá me dijo una vez que Elliot tenía muchas cosas y un muy buen corazón para compartirlas con nosotros, era su manera de decirme que ellos sentían pena porque fuéramos pobres y por eso nos traían comida. Éramos como un caso de caridad. Eso en mi mente de niño de 6 años que sentía envidia de los ricos fue como un golpe bajo; me hacía sentir ofendido que creyeran que no podríamos vivir sin ellos, que pensaran que dependíamos de ellos para no morir de hambre.
Una vez se me ocurrió reclamárselo a Elliot. Estaba tan enojado, me sentía ardido.
"Mejor vayan a criar a sus hijos en lugar de abandonarlos con sirvientas, aquí nadie los ocupa".
Y como era de esperarse, mi papá me abofeteó y castigó por una semana por "ser malagradecido".
Mi papá me encerró en el único cuarto de la casa después de lo que dije, entonces nunca vi la reacción de Elliot, pero escuché su auto irse tan sólo una hora y media más tarde. Ese día fue culero para mí, estar en el cuarto me carcomió la cabeza de la culpa, ese mismo día nos habían quitado la luz, le tenía miedo a la oscuridad y terminé con los pantalones mojados, humillado en frente de el jefe de mi papá y sus guardias. Lloré como nunca ese día al verlos reírse de mí incluso cuando me estaban golpeando por manchar los pantalones que me había regalado el señor Elliot.
Quizá si no le hubiera gritado al señor Elliot que era un mal padre, él hubiera pagado la luz por mi papá.
Fue ahí que descubrí que siempre iba a depender de los ricos.
Igual no les guardé rencor a mis papás después de aquello, entendía que ellos estaban estresados por el dinero y que yo había hecho algo malo así que me aseguré de entrenarme a mí mismo para la próxima vez que fuera a ver a la familia Lee, se me ocurría que quizá podía pasarme el día echándole flores a la señora Catalina, o llevarme bien con sus dos hijos, así ellos volverían a apoyar a mi familia.
El día en que finalmente los iba a ver, sólo llegó el señor Elliot con un niño de la mano y sus sirvientas y niñeras siguiéndolo detrás. El niño se tropezaba con todo y parecía realmente cansado, se termino durmiendo en los brazos de una de sus niñeras a los 20 minutos de haber llegado. Lo cual dificultaba mi plan. Tampoco estaba la señora Catalina o la tan mentada Isabel.
—¿Y su esposa, señor Elliot?— había preguntado.
El señor Elliot rió, aunque no parecía feliz.
—Probablemente en Acapulco.
—¿De vacaciones?
El señor Elliot no contestó, y prefirió concentrarse en el niño que se removía mucho en los brazos de la señora.
—¿Cómo se llama?
—Felix, aunque tu papá le dice Kitten y se quedó entre los amigos.
—Hasta eso, yo sé inglés— gritó mi papá desde la puerta.
Me asomé a los brazos de la niñera, quien ya le estaba pasando el niño a su papá.
Esa visita fue rara; vi llorar por primera vez al señor Elliot y esa vez no me había traído regalo, se disculpó conmigo diciendo que estaba pensando en otras cosas y no había tenido tiempo para ir. También había algo raro con su hijo, nunca vi a un niño que durmiera tanto.
Ese día el señor Elliot se fue temprano y la luz había vuelto a la casa. Nunca entendí qué pasaba con ellos aquella visita hasta que la mafia se juntó de nuevo y volví a ver a Elliot y a Felix, fue entonces que mi papá me pidió que no hablara de Catalina con Felix que porque según el la pasó duro en el divorcio y sabe cuántas pendejadas más del vato se sacó.
Nunca negaré que sí siento feo por Felix, su soledad y su familia destrozada y que con tanto dinero no lo pueda arreglar, en realidad me gustaría ayudarlo con eso y no dejarlo solo todo el día como él suele estar. A veces simplemente quisiera acercarme a él sin ponerlo tenso, me gustaría hablar con él y entender lo que le pasa, no por saberlo, sino por liberarlo
Me gustaría estar con Felix, que se sienta en confianza conmigo.
Me gustaría verlo reír hasta llorar, o solamente saber que está feliz.
Me gustaría.
Me gusta.
Me gusta Felix.
***
Omgomgomg.Otra vez me tardé demasiado, sorry. Estoy haciendo lo posible por actualizar más seguido, lo juro.
Y de nuevo, estoy demasiado agradecida con todo el apoyo que le dan a la historia, mil y un besitos porque les quiero mucho.
Pero sí, esto es básicamente relatado por Hyunjin en el momento en que se dió cuneta de que le gustaba Felix.
Siempre tuya,
Michelle.
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Chicos fresas
FanfictionDonde Felix es tremendamente fresa e hijo de uno de los abogados más importantes del país, mientras que Hyunjin es hijo de un ranchero buchón. Sus vidas se encuentran cuando al estúpido Hyunjin se le otorga una beca en la ciudad. En una escuela priv...