Mantenerme alejado de Hyunjin estos días había significado toda una tortura para mí, y esa tortura solamente empeoraba cuando lo veía a los ojos y en ellos solo podía encontrar rabia y dolor.Fui un estúpido, mi estupidez fue tan grande que el español me dejó de funcionar y Hyunjin piensa que soy un clasista de mierda que se avergüenza de que me vean con él.
Maldigo a la vida mientras miro a mi papá abrir la puerta de mi habitación, hoy falté a la escuela por la culpa que me carcomía y mi papá decidió trabajar en casa para no dejarme solo. Lo cual no es de mucha ayuda pero igual aprecio.
—¿Cómo te va, mi vida? Te hice un panecito con mantequilla para levantarte el ánimo.
Papá llega y se sienta en mi cama completamente desordenada y me mira con esos ojos de padre llenos de lástima. Debo verme muy estúpido.
—Gracias, pa.
Él suspira y veo su desesperación, lleva así desde que llegué ayer a casa llorando, completamente destrozado y sintiéndome tan pequeño. No he querido hablar de ello con él desde ayer, ni con él ni con nadie.
—¿Qué tienes, mi niño?
—Nada.
—¿Seguro?
Me toma algo de tiempo contestar. Yo sé más que bien que tengo de todo, pero algo en mi cerebro no está seguro de contarle a mí papá. No quisiera pensar que no confío en él lo suficiente como para decirle, más bien no confío en mí lo suficiente como para contarle lo de Hyunjin y lo del estúpido imbécil de Santiago.
—Me preocupas, Lix. No lo olvides.
Y salió de mi habitación.
Santiago me había llamado. "No te veo en la fiesta".
23:47
Mi prepa organizaba una fiesta en un antro conocido en Monterrey, todos hablaban de ello. Y de que Santiago estaba de vuelta.
Estúpidos que lo tratan como rey. Pero más estúpido yo que lo dejaba entrar en mi vida como si nada. Como si no me hubiera destruido hasta las entrañas.
Recuerdo haberle dicho a Santiago que no quería salir porque me sentía mal y recuerdo todas las mierdas que me dijo que casi me hacen llorar; porque, mierda, me tenia tan asustado y sometido.
Y yo sé que ese no soy yo.
Me encontraba encerrado en mi baño, con miedo de todos incluyéndome a mí mismo cuando mi celular vuelve a sonar.
0:11
Otra vez Santiago chingándome la madre. Con las manos temblando de impotencia respondí.
—¿Qué quieres?
—¿Dónde mierda estás? Recuerdo haberte dicho que te quería ver.
—Y yo recuerdo haberte dicho que no me sentía bien.
La verdad es que yo no sé de dónde saqué los huevos para contestarle así, porque yo estaba más que cagado del pánico.
Y tampoco sé qué mierda le pasa a Santiago que llegó a mi casa en menos de 9 minutos. Y podré parecer un cobarde pero de verdad quería que mi papá estuviera en casa. Definitivamente era un cobarde porque después de que gritara como un maldito loco el miedo me llevó a abrirle.
Y es que yo conocía a Santiago, sabía que era capaz de cualquier cosa. Y el miedo me estremeció.
—¿Quién mierda te crees que eres?— escupió en cuanto tuvo oportunidad de entrar, completamente rabioso y borracho.
—¿Te puedes calmar, Santiago?
—No, nada de calmarme.
De verdad parecía un perro en ese entonces, sus ojos rojos y cristalinos, gruñía y parecía querer morderme.
Entonces pasó. Cuando menos lo esperé me tomó del cabello. Su agarre ardiendo en mi cuero cabelludo. Se apretaba más mientras me subía por las escaleras.
El miedo de lo que me podría hacer cada vez crecía más y mierda, quise morir.
Llegó a mi habitación y atrancó la puerta.
Y entraron mis cinco segundos de valentía. Me lancé sobre él y empecé a golpearlo sin parar ni fijarme mucho en lo que hacía. Supongo fui lo suficientemente duro pues mis nudillos dolieron y Santiago se quejaba mucho. Pero yo no quería parar.
Encontré mi satisfacción en sus lloriqueos, una extraña sensación de plenitud.
Cuando lo vi demasiado débil me separé. A parte de la estupidez permanente de Santiago y los golpes que le di, él ya venía mareado por el alcohol
Santiago me había alcanzado a golpear un poco y me rasguñó los brazos con fuerza pero él estaba en peores condiciones.
Ya cansados y con la respiración a tope yo fui el primero en hablar:
—Eres un maldito controlador de mierda.
—¿Y eso qué? Tú lo sabías y mira cómo te tengo— Santiago estaba sosteniendo el puente de su nariz cuando me miró. Sus estúpidos ojos de rana.
—Tú sabes que sólo buscas controlar mi vida porque la tuya es un desastre, pero te lo juro; si no fuera por Hyunjin tú y yo no tendríamos nada que ver.
Santiago soltó una risita burlesca mientras se apoyaba en la puerta. Estábamos frente a frente.
—¿Hyunjin? ¿Es neta que prefieres a ese imbécil?— Su voz se rompió en la última palabra y eso me tomó por sorpresa. Estaba llorando —Dime, Lix, ¿qué tiene ese cabrón que yo no? He tratado de todo para impresionarte y tú ni siquiera sabías que había vuelto hasta que vine a tu casa.
»Estaba tan enojado de que yo hice de todo para ganarte y ese wey un día llega y me lo arrebata todo. Porque ni creas que no me enteré que te vieron en su camioneta. Yo intento entenderte pero no sé cómo. Si quieres que sea ranchero soy ranchero por ti. Puedo ser todo lo que tú me pidas. Yo no tendría la necesidad de estarte amenazando con el video y esas mamadas si tú me putas quisieras. Dame una oportunidad, Felix, te lo pido.
Nunca había visto a Santiago así, llorando y rogando. Debe ser algo que sólo el alcohol puede hacer. Prefiero creer eso y no caer en sus redes manipuladoras.
—Santiago, quiero que te vayas de mi casa.
—No voy a poner un pie afuera de esta casa hasta que me digas que sin importar lo del video tú de verdad me amas. Y quiero que sea sincero.
No. Yo no podría ser tan cruel para hacerle creer eso. No podía serme tan desleal.
—Te estoy dando chance ahorita porque si no te vas... llamaré a seguridad.
—¿Estás seguro?— Me apunto con el dedo esperando que le dijera lo que él quería escuchar. Al ver que no lo conseguiría se levantó —Va, luego no digas que no te lo advertí.
Y se fue, dejándome con el estómago hecho un nudo.
***
Hi-yaaaa!! I'm back babes. Esta vez sí me pasé mucho con la espera (lo siento tanto) pero muchísimas gracias por seguir aquí apoyando la historia.
Siempre tuya,
Michelle.
ESTÁS LEYENDO
Chicos fresas
FanficDonde Felix es tremendamente fresa e hijo de uno de los abogados más importantes del país, mientras que Hyunjin es hijo de un ranchero buchón. Sus vidas se encuentran cuando al estúpido Hyunjin se le otorga una beca en la ciudad. En una escuela priv...