13. Atreverse

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No sé exactamente en qué momento dejé de visitar el despacho de mi papá, sólo recuerdo mis días ahí. Mi papá tenía un estante lleno de libros de poetas o filósofos, leerlos fue mi mayor error; el efecto mariposa que me traía a lo que era ahora.

Leía varios, pero tenía mis favoritos por sobre encima de los demás:

Charles Bukowski y Albert Camus.

No sé qué tenían ellos, o qué veían mis ojos de niño, pero leerlos se sentía como algo propio. Adecuado y amoldado a la medida para mí.

Cómodo.

Habían muchas cosas que me parecían cómodas, como sentirme triste, sentirme triste llegó a ser parte de mi vida diaria aunque aún conservaba ese atisbo de esperanza que gritaba y lloraba rogando la felicidad.

Como en En busca de la felicidad.

Esa era nuestra película favorita. Recuerdo a mi papá llorar por ella, y me recuerdo a mí también, pero mis recuerdos no son tan claros y sinceramente algo dentro de mí me dice que no los necesito y que puedo hacer mi vida sin recordar, y luego está ese reflejo de humanidad que me grita en la cara que todas esas cosas, buenas o malas, forman mi historia y aunque no marquen mi futuro camino es importante llevarlas.

Es lo que me recuerda que pese a que me duela todo, no estoy muerto. Un libro que leí en el estante me dio el consejo de acostarme para sangrar un rato y levantarme a pelear de nuevo.

Me he acostado muchas veces. Me he apartado del mundo. Me he roto y rearmado y me gustaría pensar que soy fuerte por ello.

Y ahora lo haré otra vez, solo para demostrarme algo a mí mismo, algo que ni siquiera sé qué es y no tengo prisa por descubrir. Tal vez lo descubra mañana, en un año, en mi tumba u hoy.

Felix
Quieres venir a mi casa?

Envié el mensaje con una sonrisa en la cara. Eran las 7:34 PM y mi papá no está porque se fue a su despacho. No hemos hablado de lo de ayer e incluso desayunamos y comimos juntos.

Prometió que me acompañaría a cenar y a este paso comienzo a pensar que me encuentro en una clase de sueño.

El mensaje de Hyunjin no tarda en aparecer.

Chat no registrado:
Q???.??
No pde ser
Ahuevo
Pasa ubi

Bueno, eso había sido fácil.

Se la envié y no tardó más de 15 minutos cuando el timbre de mi casa fue tocado. El horario de Elena y Mary ya habían terminado por lo que tuve que ir descalzo desde mi habitación hasta la puerta. No tenía ni preguntarme quién era cuando Hwang Hyunjin apareció ante mí.

—¿Estás en pijama tan temprano?— pregunta.

—Por dios, es sábado; no me despego de mi pijama en los fines de semana.

—¿No te bañas?

—Sí, pero me pongo otra nueva.

—Wow.

Hyunjin parecía un niño en dulcería en mi casa, tocando todo y sorprendiéndose con cualquier cosa que veía.

—Esto debe costar un millón— apuntó a un cuadro en la pared.

En realidad, el cuadro lo pintó Isabel y cuando se fue, le pidió a papá colgarlo. Isabel es buena en todo, incluso pintando.

—No es específicamente costoso, pero tiene mucho valor sentimental.

Hyunjin se quedó admirándolo.

—Quisiera aprender a pintar.

—¿Eres demasiado malo para eso?

Chicos fresasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora