Aya observó desde lejos como el vehículo se detuvo en la mitad del desierto. Momentos atrás había notado algunos autos de sus compañeroa que vigilaban la estancia. No dudo en preguntarse que tanto podrían lograr ellos dos, teniendo en cuenta que podrían morir si eran una vez más rodeados. Se encogió de hombros, en lo que observó como parecían trabajar con las piezas que habían robado.
Parecían tener la esperanza de ganar, en lo que hablaban.
—¿Qué quieres que haga? Ya escuchaste su respuesta, no manera de convencerla —respondió Marc, tratando de hacer razonar al dios. Khonshu explicó la poca distancia que había entre ellos y su hija, quien antes casi pudo haberlo golpeado si hubiera tenido la oportunidad.
Puedes. Recuerda que hay mejores candidatos para ser mi avatar, Marc. Lo sabes.
Marc, volteó a su lado donde Layla parecía frustrada mientras armaban el mapa. Tampoco es como si él pudiera excusarse. Si ese Dios quería salvar a alguien, cómo él... podía comprenderlo. Aunque el chantaje no era la mejor manera.
—¿Ahora que dice, Marc? —preguntó Layla—. ¿Por qué tenemos que estar con esa chica de nuestro lado? Y si no quieres hablar ¿Puedes dejar que Steven este presente? Él puede ser de mucha más ayuda.
Tic tac, Marc. Tic tac.
Aya observó poco después como ahora el avatar de Khonshu se acercó a la arena, y pareció divertirse con lo que hacía. Dejó escapar un bostezo, para luego darse cuenta de algo más. Khonshu estaba detrás de su avatar. Steven, pensó al notar ese traje formal blanco. Que manera de diferenciarlo. Aya salió del auto para poder ver mucho mejor lo que pasaba. Notó como ambos alzaron sus manos y el cielo empezó a ser un caos. Las estrellas empezaron a moverse.
Negó para sí misma—. ¿Qué se supone que haces ahora... padre? No hay manera de que salgas libre de esta.
Notó como poco a poco Steven empezó a perder su mascara y Khonshu ahora se convertía en polvo hasta casí desaparecer. Arriesgándose a este punto ¿Por qué lo hacía? ¿Qué trataba de hacer su padre buscando la tumba de Ammit? Perdería de igual manera. Aya suspiró.
Ayúdalos. Lo escuchó decir. No eres tan mala, niña, y Harrow no es un santo. Velo por ti misma.
—No debería importarte eso ahora, Khonshu... después de todo, eres solo piedra —respondió levantando la mirada, percibiendo como ahora el gigante Dios había desaparecido, mientras que el avatar se encontraba inconsciente sobre la arena.
No estaban tan lejos de ella, por lo que se acercó sin mucho problema, notando de inmediato la tableta que ahora indicaba una dirección tirada a su lado. Lo observo unos segundos, y se plantó la posibilidad de borrar el contenido.
—¿Qué harás? —pregunto Layla en un casi gruñido, sosteniendo a Steven inconsciente un poco más cerca a ella.
—¿Crees que puedas con ellos, sola?—cabeceó detrás de ella—. Te ayudo, no te importa mis razones.
Layla la observó en silencio, para luego asentir—. Te estaré vigilando.
—Lo que sea.
En un solo movimiento, ambas levantaron a Steven y lo subieron al compartimiento vacío del auto, apenas lograron cerrar la puerta, y las luces empezaron acercarse—. Escóndete debajo.
Layla asintió a regañadientes, y se arrastró debajo del carro, mientras notaba como se acercaban. Apretó los labios al notar como se detenían frente a ella.
—¿Desde cuándo estas aquí? —preguntó el hombre, con acento árabe marcado.
—Estoy buscando lo mismo que ustedes —respondió Aya, se encogió de hombros—. Artur debió decirles que estaría detrás de ellos.
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Protegida de los dioses [Moon Knight]
FanfictionEl odio es un sentimiento poderoso y destructivo que puede consumir a una persona si no se detiene a tiempo. Desafortunadamente, Aya Saleh ha experimentado esto de primera mano, y gran parte de su vida ha sido consumida por este sentimiento. En su b...