—¿Qué? —balbuceó Aya, incrédulas de las acciones que tomaba Marc, al caminar de un lado al otro como si ella fuera una clase de espejismo. Y podía entender de cierta manera. Había dejado atrás todo lo que hacía referencia a su padre, lastimosamente eso la incluía a ella. Entonces...
—¡Responde! ¿Cómo carajos estoy aquí...? —buscó con la mirada todo lo que lo rodeaba, hasta caer sobre la mirada endurecida de esa mujer, parecía estar igual que enojada por el brillo de sus ojos.
¿Steven?
¡Marc! ¿Qué ocurre? ¿No estábamos con Layla...?
Marc negó para sí mismo, notando que aun llevaba la ropa de esa tarde. Lo último que recordaba era estar con Layla en su cita, la acompañó a su departamento para aprovechar el tiempo junto, y ahora estaba frente a esa mujer, la hija de Khonshu, demasiado cerca.
¿Por qué Aya nos mira así?
¿Aun recuerdas su nombre?
Nos ayudó mucho, Marc, el pajarraco puede ser malvado, pero su hija no lo es... creo.
Marc se abstuvo a maldecir a su querido amigo en esos momentos. Incluso si él veía a la mujer frente a él como buena persona, siempre había sabido que esas eran las primeras personas que terminaban por apuñalarte, cuando uno se llegara a descuidar.
—Es mejor que te vayas, Marc —Aya señaló la puerta, en lo que bufaba y balbuceaba cosas que no lograba entender, eso solo hizo crecer el enojo de Marc. Estaba siendo desechado tan rápido y ni siquiera podía obtener una respuesta.
—¿Cómo llegue aquí?
—¿Cómo lo sabre? Ahora, vete.
—No, por lo menos debes saber la verdad. No fue Steven, y ni siquiera yo, porque lo recordaríamos. Dinos... ¿Cómo es que estoy aquí? —comenzó a preguntar acercándose de manera peligrosa a Aya, quien empezó a apretar sus puños, y arrugar su expresión, eso no detuvo a Marc—. ¿Fue Khonshu? ¿Ese era tu plan con él? ¿Joderle la vida a alguien? ¡Demonios, responde!
¡Marc, cálmate!
—En primer lugar, también acabo de llegar a mi casa. No sé qué haces aquí, y tampoco me interesa, deja de mencionar a ese maldito dios para cada uno de tus problemas. Ahora, largo, tengo poca paciencia, Marc.
El mencionado la escaneó, y notó esa parte más oscura sobre su ropa, y el olor no era difícil de identificarlo. No pudo evitar dar una media sonrisa, caminó hacia ella y murmuró—. Eres igual que tu padre —continuó alejándose hacia la puerta.
¡Marc, eso no se dice! ¡Eres un idiota! ¿Qué pensara de nosotros ahora?
No me interesa lo que pase por su cabeza.
Escuchó a Steven seguir quejándose, pero lo ignoró. No necesitaba tener compasión contra esa mujer, estaba relacionada con la persona que le hizo la vida complicada con sus tratos, y volver a verla sería regresar a esa vida. No la necesitaba, estaba bien como estaba. Tenía un trabajo de mierda, pero viviendo con la persona que amaba, alejado de cualquier problema que pudiera arriesgar su vida.
—Vete a la mierda, Marc... sea lo que sea, lo que buscabas o querías... ni se te ocurra volver a acercarte —respondió Aya.
—No regresaré. —antes de que la puerta fuera cerrada por Marc, quien logró sentir una punzada molesta sobre su pecho, y con tan solo subir al ascensor su mano derecha se levantó golpeando su rostro, aturdiéndolo en segundos.
¡Steven!
¡No lo hice yo! ¡Te lo juro!
—Lo que faltaba —gruñó, ni siquiera podía retomar el control de su propio cuerpo.
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Protegida de los dioses [Moon Knight]
FanfictionEl odio es un sentimiento poderoso y destructivo que puede consumir a una persona si no se detiene a tiempo. Desafortunadamente, Aya Saleh ha experimentado esto de primera mano, y gran parte de su vida ha sido consumida por este sentimiento. En su b...