¿¡Dos Alfas!? [Pepa X Julieta]

Capítulo 5. Dudas Y Lágrimas

Narra Pepa

Pepa: ¡AH! *Al notar como el nudo se formaba mi cuerpo se tensó. Apreté las sábanas entre mis dedos* ¿¡CÓMO PUEDEN AGUANTAR ÉSTA MIERDA LOS OMEGAS!? *Grité entre lágrimas* ¡NI SE TE OCURRA MOVERTE! ¡DUELE, DUELE MUCHO! *eché mi cabeza hacia atrás*

Julieta: Ven, perdón...*empezó a liberar su aroma, acariciando suavemente mi vientre* Tranquila, se bajará dentro de unos minutos... Lo malo es que me corro y no precisamente poco... Entonces estaremos así un ratito... Lo siento *Me miró apenada*

Pepa: T-TRANQUILA *intenté hablar calmada, pero no lo logré. Después de un tiempo y cuando el nudo bajó respiré con dificultad. Mi cuerpo temblaba por el dolor, pero intentaba disimularlo... No podía verme débil ante nadie...*

Julieta se acercó a mí y empezó a darme pequeñas lamidas en el cuello, como si yo fuera un diminuto cachorro herido...

Julieta: Sé que tu orgullo no te lo permite cariño... Pero... En el vestido tenía una arepa de respuesto, la dejé encima de la mesita de noche. Voy, la agarro y vuelvo *sonrió dándome un beso en la frente para después alejarse y tomar la arepa, acercándose de nuevo a mí y extendiéndomela* toma solecito... Para que te encuentres mejor... *dijo mirándome apenada y con una mueca de verdadera preocupación*

Pepa: G-Gracias... *Me enderecé para poder sentarme, pero al hacerlo me vi obligada a tumbarme nuevamente soltando un gruñido. Tomé la arepa con algo de agresividad y le pegué un bocado, notando como el dolor cesaba* Mucho mejor... Y... No te preocupes... No me gusta verte así *sonreí* Más sabiendo como eres... Me sorprende incluso que siendo controlada por tu Alfa me llames algo más que "Alfa descerebrada" *reí*

Julieta: Mira que eres *frunció el ceño* por respeto no quise llamarte lo que eres *apartó la mirada, pues estaba realmente roja*

Pepa: No me molesta, te ves adorable *sonreí, y aprovechando que ya no me dolía me levanté, tomando la cintura de mi hermana para plantarle un beso en la mejilla* No voy a burlarme... No quiero arruinar esto *con algo de posesividad empecé a besar y lamer su cuello, remarcando lo que me pertenecía... Y lo dominante que yo también era* No dejaré ninguna marca porque ese dichoso Omega va a hacer problemas... Pero me muero de ganas de hacerlo. Después de todo, yo ya estoy "soltera" *hice comillas con los dedos*

Julieta: Pero... Yo no... Tengo miedo, miedo de lo que hemos hecho... *Se dio media vuelta y besó mi cuello, dejando una marca* Al menos quiero que quede un pequeño recuerdo de ésto... Por si algo malo pasa... Se te borrará, pero si todo sale bien podré volver a hacerla de nuevo... Mamá pensará que es... De aquella Omega *suspiró*

Pepa: Supongo que no todo puede salir... Bien... *Sentí una opresión en mi pecho y mis ojos volvieron a la normalidad. Lo sabía... Sabía que mi hermana se arrepentiría. Tragué en seco y me dirigí a la puerta* L-Lo siento, yo... Voy a ver cómo está Danna, la he tenido mucho tiempo esperando *abrí y sin si quiera esperar respuesta salí de la habitación. Bajé las escaleras, y allí me encontré a Danna. Antes de que pudiera hablar la tomé del brazo para llevármela fuera de casita*

Pero escuché la voz de mi madre a mis espaldas.

Alma: Pepa *solté un gruñido*

Pepa: ¿¡Qué!? *Me giré con el ceño fruncido* ¡No estoy de humor mamá! ¿¡Qué pasa!?

Alma: No me alces así la voz *le mostré los colmillos* Solo quería decirte que tengas un poco más de cuidado. Se escuchaban los gemidos de la Omega por toda la casa, y tus hijos están aquí.

Pepa: ¡BIEN!

Salí y le cerré la puerta en la cara. Casi a rastras me llevé a Danna al parque, a un lugar apartado donde no había nadie. Nos detuvimos y solo ahí pudo hablar.

Danna: ¡Pepa! ¿¡Qué pasa!?

Pepa: ¡Que he sido una estúpida! *Grité. Mi voz se quebró, y fue entonces cuando... Danna me rodeó, pues le estaba dando la espalda. Intenté evitarlo... Pero fue inútil. Me vio el rostro*

Danna: Pepi... ¿E-Estás llorando...?-

Pepa: ¡CÁLLATE!

Hubo silencio absoluto. Pero segundos después, noté unos brazos rodearme, y el olor de Danna llegó a mis fosas nasales. Estaba soltándolo para calmarme.

Correspondí su abrazo y empecé a llorar con fuerza apoyada en su hombro...