07 | No puede saberlo.

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Fabio.

—Esa niña... —William escupió la sangre que le impedía hablar—. Esa niña sabrá la verdad.

—La sabrá —afirmé, observando el panorama—, pero no ahora. Y, sobre todo —Me acerqué más a él—, no será por tu boca.

—¿Vas a matarme?

No contesté. Las corrientes de frío que envolvían las afueras del pueblo consiguieron congelar mis nudillos al igual que todo mi cuerpo.

Él tenía razón al decir que ella descubriría todo y de solo pensarlo los huesos se me enfriaron aún más.

—Debo agradecerte por ocultarle lo de las pruebas. —le comenté, esperando a que Raúl las encontrara.

—Me sorprende que ella no haya notado que te acercaste a advertírmelo.

No contesté, ella no lo había notado, pero yo no podía confiarme.

—Cuéntame, Saravia, ¿cómo están tus padres?

Su resentimiento era evidente y trataba de desquitarse.

—¿Quieres ir y hacerles compañía?

—Esta no es una buena noche para matarme, Fabio, aún no he cenado.

Una sonrisa se me formó en los labios debido a su ironía.

—Mis manos no piensan matarte hoy.

—Me siento agradecido. —volvió a burlarse.

Dio un suspiro y siguió poniendo a prueba mi paciencia.

—¿Cómo ha sido tu vida en estos últimos diez años? ¿Te siguen gustando las explosiones?

—Estarás más tranquilo sin oír mi respuesta.

—¿Qué hay de esa niña? ¿Eh? —la mencionó—. ¿Regresaste después de todo este tiempo por ella?

—¿De verdad piensas que voy a contestar?

—Tu nivel de obsesión es enfermiza, hombre. Solo mírate, mira todo lo que has hecho para regresar, mira todo lo que estás haciendo ahora mismo para mantenerla engañada. ¿Crees que ella te seguirá queriendo cerca después de saber la verdad?

Se dio cuenta de lo que me provocó y buscó aprovecharse de ello.

—El que hayas regresado fue un error, muchos de tus enemigos pronto la van a encontrar y tú no podrás cuidarla de todos. Los dos sabemos que el papel de héroe nunca te ha pertenecido.

Terminó de hablar y vi al ruso salir de esa casa. Apenas me vio, me hizo una señal de afirmación.

—Eres libre. —le dije a Williams.

Este dio media vuelta listo para irse, pero regresó.

—Si Melanie Ávalos vuelve a mí, no voy a callarme —advirtió con enojo—. Y por mucho que me amenaces, diré la verdad, diré lo que tú hiciste, lo que Gabriel Ávalos hizo, lo que sus familias hicieron, ¿me entendiste?

—Amenazarme es un error que me será difícil perdonarte.

—¿Perdonarme? ¿Tú a mí? ¿Crees que iré al infierno si un mocoso de veinte años no me da su perdón?

—Vas a ir al infierno lo tengas o no.

—Lo haces ver como una de las peores aberraciones y no es así, ¿sabes por qué? —se acercó a mi oído y siguió hablando—. Porque ahí me reencontraré con la zorra de Alina, tu madre, con la zorra de Daysi, la madre de esos chicos, y me las cogeré a las dos en tu nombre, en el nombre de todos. Eso no sería ningún castigo para mí.

Respiré.

No me ofendí. La verdad jamás podría ser una ofensa.

—Vete antes de que me arrepienta.

Él sonrió triunfante y dio media vuelta.

Raúl llegó a mi lado, viendo al hombre ir a su propia tumba.

—¿Abriste el gas? —inquirí.

—Hace treinta segundos.

Asentí y vi a Williams entrar por completo en la casa.

Era una amenaza. Ella seguiría investigando y él terminaría por contarle todo.

Mis manos no pensaban matarlo, pero jamás aseguré que él no moriría esa noche.

Dirigí mis ojos al nuevo reloj que yo llevaba y calculé el tiempo.

—Tres...

No podía saberlo.

—Dos...

Nadie podía saberlo.

—Uno.

La explosión no fue muy fuerte, pero para la mañana siguiente todos lo habrían notado.

Raúl me entregó las pruebas que encontró dentro de esa casa. Las que ella buscaba. Las que todos necesitaban. Las que debían estar ocultas hasta el momento indicado.

Vi por última vez el espeso humo negro que se fue disipando en el aire.

Para tu desgracia, William, aún me gustan las explosiones.

DARK SIDE |El legado|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora