Suposiciones

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Era domingo por la mañana y Regulus se despertaba de un dulce sueño, cada día era maravilloso, como no serlo si cada vez que abría sus ojos se encontraban con otros color avellanas.

- Buenos días – la voz cariñosa recorrió sus oídos hasta llegar a su corazón, amaba esa voz varonil, sobre todo cuando era gruesa y áspera en las mañanas. – ¿durmió bien mi hermosa serpiente? – pregunto el hermoso hombre a su lado.

- buenos días .... sabes que siempre duermo bien cuando trabajas conmigo a fondo – contesto juguetonamente.

El mayor se acercó para besarlo, le encantaba hacerlo muy temprano en la mañana, era fascinado por la vista que el menor de los Black le ofrecía cada día, era una candente a su parecer, había esperado tanto por esos momentos, justo cuando acepto que nunca tendría oportunidad de amarlo libremente tuvo que llegar Bellatrix y abrir los ojos a ambos hombres que se amaban en secreto suponiendo que su destino era estar lejos del otro para siempre.

El ulular los obligos a ambos a separase, James vio claramente al búho de su hijo aproximarse a la ventana de su habitación con una carta en la pata, sospechó que era algo importante, solo así su hijo le escribiría tan temprano en la mañana.

- Es de Harry – dijo antes de pararse para recoger la carta, Regulus quien seguía echado en la cama, miro a su pareja acercarse a coger la carta de su hijo, estaba desnudo mas no le importo mostrar su hombría por el lugar, él sabía lo mucho que ese hombre se preocupaba por su primogénito. – es para ti – volvió a decir minutos después ganándose una mirada extrañada del menor. Regulus recibió la carta, se sentó para leerla dejando su torso al descubierto, era delgado pero musculoso, con los hombros no tan anchos, James al verlo así volvió a la cama, se acercó para darle un beso demandante – encima mío, ahora – ordeno con los ojos llenos de lujuria.

Regulus no desobedeció, le gustaba cuando James era demandante y feroz, ya arriba sintió las manos del castaño recorrer sus piernas, él se dedicó solamente abrir la carta de su futuro hijo y es que él vería así al chico que tanto James adoraba.

- ¿Draco desapareció? – dijo atónito al terminar de leer, despertando la curiosidad de su amado si es que ya no la tenía antes, vio claramente el deseo bajar y ser remplazado por preocupación.

- ¿Qué? pero si lo dejamos en su casa el viernes – le contesto su novio mientras intercambiaban miradas confundidas - ¿eso dice la carta?

Regulus asintió perplejo, se paró desnudo justo como su novio minuto atrás y caminó desnudo por la habitación solo hasta el armario de donde saco una de las caminas muggle de su novio para ponérsela encima, James era más alto y de hombros anchos, así que le quedaba grande, sin embargo, le encantaba.

El hombre pelinegro se sentó en el tocador de su habitación, con un hechizo hizo aparecer lo que necesitaba para escribir una carta, al terminarla, la empaco mágicamente y salió tranquilamente por la puerta como si no le importara la mirada deseosa de su pareja puesta en su trasero, insonorizó el pasillo antes de pasar por la habitación de su hermano Sirius, quizás era hora de buscarse un piso, antes no lo había hecho porque casi no paraba en casa, sus viajes no le permitían disfrutar mucho tiempo en familia, pero ahora con James eso era lo que más quería.

Su lechuza era maravillosa, imperial a los ojos de él y de los demás, sería fácil reconocerla, eso le encantaba, era maravillosa, vio la carta irse por la ventana en la pata de era hermosa ave real.

Harry mientras tanto estaba tirado en su cama, no había nadie despierto en su habitación, eran apenas la seis y media de la mañana, muy temprano para bajar a desayunar y muy tarde para volver a dormir, la carta se había ido hace unos 10 minutos y aun Hegwid no regresaba.

No soy él - DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora