- The pilot (Carlos Sainz jr.) -

- CAPÍTULO 10 -

CONTENIDO +18, SI ERES SENSIBLE O SOLAMENTE NO TE GUSTA PEDIRE QUE PASES AL SIGUIENTE CAPITULO EL CUAL NO CONTIENE ESTO. Y SI TE HAS QUEDADO ERES BIENVENIDO A ESTE CAPITULO.

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Su cuerpo estaba por encima mía, sintiendo sus labios aun con los míos, puse una de mis manos en su cabello y otra bajando lentamente a su dorso aun desnudo, al sentir su abdomen sonreí en sus labios a lo que el imito fácilmente, sentí sus labios tocar mi cuello haciendo que soltara un suspiro y con ello un gemido.

Su mano bajó repentinamente a mis piernas abriéndolas y poniéndose por enmedio de estas sintiéndolo contra mi. Su mano investiga por debajo de la camisa que llevo puesta acariciando mi muslo buscando algo.

– ¿No llevas bragas? – murmuró a mi oído a lo que negué sin musitar palabra alguna, una ronca risa salió de sus labios levantándose y verme mientras tomaba mi mano y hacía que imitase su acción, y quitará lentamente la camisa dejando ver mi cuerpo completamente desnudo, su mano trazó mi espalda llegando a mi cintura apegándose a él y sentir su torso desnudo contra mis pechos haciéndome soltar un pequeño jadeo.

El roce de sus piernas contra las mías hace que sonría de nuevo dejándome en la cama de nuevo y posarse por encima de mí de nuevo besando y tocando cada parte de mi desnudo cuerpo mientras su lengua trazando mi cuello creando corrientes eléctricas a todo mi cuerpo bajando hacia mi abdomen mientras su vista busca la mía haciéndome morder mi labio inferior, sigue su recorrido llegando a mis muslos haciendo que arqueara la espalda.

– Carlos – murmuré, sintiendo su mano abrir mis piernas erizando mi piel.

– ¿Puedo? – susurro haciendo que asintiera levemente mientras cerraba mis ojos.

Posando un beso en mi muslo y descendiendo hacia por enmedio de mis piernas, su lengua hace contacto contra mi feminidad formando un gemido en mis labios. – ¡Dios! – solté tomando las sábanas a mis costados.

Nunca había sentido algo así, pero se sentía tan perfecto, moviendo su lengua en círculos, arriba a abajo obligando a que tapase mi boca ahogando mis gemidos sintiendo su mano tomar mi muñeca y quitarla de mi boca.

– Quiero escucharte – exclamo en un tono ronco volviendo a su tortura, creando gemidos altos salir de mis labios.

– Si, sigue así – musitaba entre jadeos sintiendo como el orgasmo llega a mi cuerpo haciendo que mi espalda se arqueara, mis manos bajan hasta su cabello enredando mis dedos entre ellos. Mis piernas tiemblan, mi respiración es acelerada y mi vista es nublada ante la manera que mantenía cerrados mis ojos por el placer que genera cada toque.

Busque con mi mirada al piloto encontrándome con su cuerpo completamente desnudo, su abdomen definido y una sonrisa lobuna en sus labios, caminó hacia mí sacando algo de la mesa de noche, mi mirada se dirigió a sus manos notando como sacaba un condón poniendoselo mientras mordía mi labio inferior.

Tomando mis tobillos y jalandome hasta la orilla de la cama, mientras envolvía mis piernas en su cintura, noté como su mano se enrollaba en su miembro acariciando este aun con el condon puesto.

– ¿Estás segura? – cuestiono tomando mi mentón haciendo que lo viera, mientras relamía mi labio inferior.

– Si – suplique, la unión de sus labios con los mios va de nuevo, perdiéndome en sus labios, en sus deliciosos y perversos labios mientras sentía como me penetraba lentamente, gimiendo en sus labios ante el dolor que genera las lágrimas brotan de mis ojos sintiendo su mano en mi mejilla.

– Shh.. estás bien – murmuró metiendolo por completo haciendo que mi espalda se arqueara más, mi cuerpo se estremece y algo dentro de mí se rompe mientras paso saliva y analizo la situación "Lo estoy haciendo, y con Carlos Sainz" mi mente aún no capta ello, pero mi cuerpo lo acepta rápidamente.

Sus besos hacen que calle mis pocos gemidos, comenzando a moverse lentamente, el roce era doloroso pero bastante agradable, mis manos trazaban su definida espalda mientras los jadeos de ambos se unen al unísono, sus gruñidos consigo de besos invaden la habitación.

Su piel chocando con la mía, sintiendo como entraba y salía tan fácilmente, mi piel erizada ante su toque y mi abdomen tenso sintiendo como el segundo orgasmo amenazaba en llegar y él claramente lo sabía sintiendo como aumentaba las embestidas hasta ambos corrernos.

La velocidad fue disminuyendo, poco a poco sus labios buscan los míos uniéndose en un dulce beso y su mano trazaba mi pómulo, mientras él salía lentamente de mi evitando lastimarme soltando un pequeño gemido de mis labios.

– ¿Estás bien? – murmuro aun encima mío, tomando una sábana y ponerla por encima mío y tomar otra envolviendola en su dorso.

– Si – dije sin aliento, mi saliva se había ido en cada gemido creado por él, no podía hablar, los jadeos eran persistentes pero el placer fue mejor.

Su cuerpo se posó a un lado de mi, envolviendo su brazo en mi cintura y pegarme a él, su mano recorrió por debajo de la sabana buscando mi abdomen y acariciar con la yema de sus dedos sin musitar ni una palabra, hasta escuchar como mi respiración se calmó al igual que la de le quedarnos profundamente dormidos.