- The pilot (Carlos Sainz jr.) -

- CAPÍTULO 18 -

– 3:30 PM –

– Danna Wolff –

Llegábamos a los departamentos, le indicaba a Daniel donde dejar su auto mientras lo esperaba en la entrada y así entrar juntos, noté como Celice escaneaba al chico y sonreía caminando hacia mi con Lando por detrás de ella.

– Mi niña – me saludaba Celice dejando un beso doble en cada una de mis mejillas.

– Hola – Sonreí saludándola de la misma manera – Les presento a Daniel, mi mejor amigo.

– Daniel! que placer conocer al chico de las llamadas nocturnas – dijo la chica de cabello oscuro – Un placer Celice Gasly.

Dijo amablemente estirando la mano para estrecharla con la de él, mientras mi mejor amigo tomaba su mano y dejaba un beso en el dorso de esta a lo cual las mejillas de ella se tornaron de un color rojo carmesí.

– El placer es Mutuo – murmuró con sus labios aun en la mano de mi amiga.

– Lando Norris – dijo el inglés hacia mi mejor amigo.

– Un placer – sonrió respondiendo ante su nombre

– El placer es solo tuyo – indicó el piloto tomando la cintura de su chica.

– Bueno, ehm... ¿Dónde te quedarás, Daniel? – dijo Celice sonriéndole.

– Pensaba quedarme en un hotel, pero aun no lo sé, el señor Wolff, dijo que me conseguiría un espacio.

– Pues hay un espacio en medio de las habitaciones de Lando y Carlos, en cada viaje ese espacio queda de por medio, ¿lo quieres? – cuestiono.

– Ahm, si no hay alguna incomodidad o problema, te lo agradeceria.

– ¡Claro que no! le hablaré a Horner y que te de el acceso.

– ¿Por qué Horner? – cuestionó Lando viéndola.

– Porque él es el que consigue los departamentos para los pilotos y trabajadores, es mi jefe y por aparte, en este caso será trabajador de Wolff y tendrá que dárselo.

– ¿Cómo sabes que será trabajador de mi padre?

– De los directivos a los ingenieros y asistentes solo hay una línea – rei

– Tiene sentido – río de igual forma.

– Me permiten, le hablaré, y luego nos vamos Danna – asintió con media sonrisa.

– Solo que nos acompañará Daniel puede?

– Claro, claro – asiente mientras marcaba un número y ponía su celular en su oreja. – Sin problema.

Notabamos como Celice se alejaba de nosotros diciendo algo italiano, miraba a los dos chicos ver a la chica la cual rodaba los ojos esperando alguna respuesta.

– ¿Están bien? – dije llamando la atención de ambos.

– Bastante bien – respondió Lando.

– Mejor de lo que esperaba – asintió mi mejor amigo volviendo su mirada a mi amiga.

– Hey, deja de ver a Cel – dijo Lando con el ceño fruncido.

– ¿Qué? ¿Ella no te ha dicho que habla conmigo por las noches?

– ¿Qué? ella no te ha dicho que mi nombre sale de sus labios cada noche? – Sonrió el inglés y se relamió los labios en tono de "reto"