Capítulo 8

2.7K 243 4
                                    

El regresó de la Princesa Roja.

Rhaella.

Gracias a Diamond llegamos al castillo del Rey en poco tiempo. Todos se encontraban celebrando en el jardín del castillo, desde aquí pude percibir a Daemon muy cerca de Rhaenyra.

Habían pasado tres días desde que ganamos la pelea contra la triarquia dos de ellas estuve inconsistente y un día me tomó llegar aquí.

Baje con Diamond en medio del patio sin importarme asustar a los invitados. Todos me observaban sorprendidos en especial mi hermana.

Me acerqué a ella apenas toqué el suelo y ella vino corriendo hacía mí para abrazarme.

Maldecí por lo bajó al sentir mi herida arder pero no lo demostré.

—Nyra.

—Rhee, estás aquí —dice, aún sin creérselo.

—Volví como te lo prometí.

Volvió a abrazarme y fue en ese instante cuando Viserys se acercó y me observó por segundos que parecieron eternos con una sonrisa plasmada en su rostro antes de abrazarme con anheló. No reaccione al principió pero terminé abrazándolo.

Era el primer abrazó que me daba con mi padre.

—Rhaella, estás aquí hija mía —dijo muy contento.

—Hola Viserys —lo saludé con una pequeña sonrisa.

Alicent se acerca a mí con una enorme panza. La miré sorprendida antes de mirar a Viserys de igual forma.

—Estás embarazada, muchas felicidades —la felicité.

—Es mi segundo embarazo, Rhee —enunció Alicent con una sonrisa en su rostro.

—¿Tienen otro bebé? —pregunté confusa.

—Así es, te lo presentáremos en la cena —me aseguró Viserys.

Solo pude asentir mientras veía a Daemon acercarse. El infeliz se veía más guapo que de costumbre con su nuevo corte.

—Princesa, que bueno verla bien después de lo que sucedió en los peldaños de piedra —aseveró Daemon provocándome.

Lo miré con molestia. Lo hizo a propósito.

—¿Los peldaños de piedra? ¡¿Tú estabas allí Rhaella?! —preguntó Viserys.

—Yo fui la carnada para los cangrejos marinos, Viserys —le explicó.

Si ya lo sabe que lo asimile por completo.

Su enojó crece.

—¿Todo esté tiempo estuviste en una guerra que no era tuya, hija?

—Lo reconozco, Viserys. Desperdicie 3 años de mi vida por una guerra que no era mía pero protegí al reino y lo serví como debía ser. Por supuesto, todo gracias al tío Daemon —digo molesta mientras lo miraba.

Él me mira sorprendido, era la primera vez que lo llamaba tío.

—Luego habláremos tú y yo sobre eso jovencita —me asegura Viserys.

Solo asentí.

Como si eso llegara a suceder.

—Si me disculpan, estoy cansada —me disculpe—. Rhaenyra puedes encargarte de que lleven a Diamond a su fosa y guarden un lugar para Damocles y Dionysius —le pedí.

—Claro que sí, hermana.

Me marché en dirección al cuarto de Daemon. Escuchaba sus pasos fuertes detrás de mí pero no me importó sólo seguí caminando hasta que llegué a su cuarto y entré sin pudor.

La casa del Dragón [La Princesa Roja] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora