Capítulo 5

3.2K 294 4
                                    

Madre de Dragones.

Rhaella.

Viserys tomará la mano de Lady Alicent y se volverá a casar. Estoy feliz al saber que al menos él podrá volver a formar una familia.

Traté de no darle mucha importancia a aquello ya que hoy sería el día que ardería en las llamas para despertar a mis dragones.

Damocles y Dionysius nacerían hoy.

Cueste lo que cueste.

Salí de mi cuarto y Ser Harrold se encontraba viniendo en mi dirección.

—Princesa Rhaella, es un placer volver a verla —dice cordialmente.

—Quisiera decir lo mismo, Ser —respondí.

—Su padre me pidió que le informara que necesita hablar con usted urgentemente en su habitación —informó.

Asentí.

Ser Harrold se marchó mientras yo estaba decidiendo en ir a verlo o no. Al final tuve que hacerlo. Él no solo es mi padre también es el rey y su orden debe ser cumplida.

Me encaminé hasta su habitación y los guardias me dejaron pasar rápidamente. Es la primera vez que entró a un lugar del castillo sin tener que tumbar a un par de guardias.

Entre a la habitación y lo vi sentado enfrenté del monumento de todo el castillo.

Me miró cuando entré.

—Ven, siéntate —pidió.

Miré el lugar donde sólo había estado muy pocas veces y en todas solo escuchaba regaños de su parte por alguna travesura de pequeña.

—Quería saber tu opinión sobre algo...

—Sí vas a preguntarme qué pienso sobre tu reciente anunció de matrimonio con la mejor amiga de mi hermana quién es aún más joven que ella, pierdes tu tiempo, Viserys —digo inmediatamente.

Él suspira frustrado.

—No es mi elección, Rhaella. Esto era algo que tendría que pasar tardé o temprano, está fuera de mí alcancé.

Reí.

—Eres el Rey, una sola palabra tuya puede destruir al reino y dices que no está a tu alcance.

Se frota las manos por la cara con frustración y me doy cuenta de lo dura que estoy siendo con él.

Quiero hundirlo hasta que pierda los estribos por todo lo que le hizo a mi madre, por no haber ordenado que me sacarán de la habitación ese día y haberme obligado a ver cómo asesinaban a mi madre.

Pero no puedo.

Es Viserys, y aunque lo niegue sigue siendo mi padre.

Me acercó a él y me siento enfrenté suyo.

Aegon —digo en un susurro.

Me mira.

—¿Qué dices?

—Con ese nombre, nombre a mi hermano cuando estaba en el vientre de mi madre. Nunca pude decírtelo.

Viserys sonríe.

—Aegon, como el conquistador.

Asentí antes de suspirar.

—Esperaba a ese bebé tanto como tú, Viserys —me mira atentó—. Puede ser que no lo demostraba pero lo hacía, yo sabía que ese niño iba a ser la unión de nuestra familia y eso era lo único que yo deseaba. Madre por fin descansaría de tantos abortos y niños perdidos, Rhaenyra dejaría de agobiarse tanto por conseguir tu aprobación en todo para reinar algún día y tú, tú finalmente conseguirías lo que tanto deseabas.

La casa del Dragón [La Princesa Roja] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora