A pesar de saber que ducharme con ella sería una trampa, accedí y me dejé caer encantada en ella. Sacarle todos los quejidos que quisiera teniéndola de cara a la pared mientras el agua le cubría el cuerpo, no sabía si lo estaba gozando más su tembloroso cuerpo o el mío. Y es que acostarte con alguien que te gusta tanto y encaja contigo como si lo hubieran hecho millones de veces, no te quita las ganas, las aumenta cada orgasmo. Me encantó torturarla con mis dedos mientras apretaba su cuello bajo el agua de la ducha y la sonrisa que me daba cuando dejaba de besarla, a la espera de próximo movimiento, era una maravilla. Sin dudas fue una tarde diferente a cualquier otra con ella.
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Bastaba | Temática Lésbica | Completa |
RomanceMientras Sandra escribe en la pizarra La otra es incapaz de concentrarse Ella aparta el pelo de su espalda Y a Julia el lenguaje italiano le arde Sandra Martín tenía la vida ideal que mucho le había costado lograr cuando lo que parecía ser un inocen...