No acostumbraba a mantener amistad con nadie, menos aun de la escuela. Tal vez por pereza o falta de interés en aquel tipo de personas, así que lo normal era que en un mismo semestre cambiara de amiga 3 veces y de un curso a otro estuviera sola, sorprendentemente eso cambió con Itziar. Aquel verano se preocupó de llamar para reunirnos, planeamos una salida en la noche a tomar algo con sus amistades y a partir de ahí no nos separamos en 2 meses. Hicimos un viaje a la playa, siempre dormíamos en mi casa o en la suya, desayunábamos, comíamos, cenábamos, nos íbamos de copas: todo juntas. Sentía algo muy bonito pero no algo normal, como con el resto de mis amigas. Entre nosotras ser cariñosas, rozarnos, tomarnos de la mano, cualquier cosa, se sentía extraño, incómodo, como si no estuviera bien, sintiendo un hormigueo de terror como si estar al lado de ella fuera mirar al vacío desde una avioneta... Era la sensación que me daba, a eso me recordaba, a cuando estuve mirando el mundo a 4500 pies de altura a punto de saltar en paracaídas...
No lo entendía porque las veces que lo había sentido previamente habían sido ocasiones cuanto menos: extrañas y con varias lecturas.
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Bastaba | Temática Lésbica | Completa |
RomantizmMientras Sandra escribe en la pizarra La otra es incapaz de concentrarse Ella aparta el pelo de su espalda Y a Julia el lenguaje italiano le arde Sandra Martín tenía la vida ideal que mucho le había costado lograr cuando lo que parecía ser un inocen...