Itziar me comentó un poco lo que estuvo haciendo esos meses, los amigos que conoció que le llenaron los ojos pero luego la dejaron de lado. Me alegré cuando supe que su madre la dejó volver a casa, básicamente porque yo ya no era su mala influencia y me reí de la ironía. Increíble una familia que me adoraba, como cambió conmigo al saber que me gustaban las mujeres. Hablando de mujeres me dijo que al final le salió rana la historia con la otra chica y que ella también la pasó mal aunque yo no lo entendiera.
-Julia pero te juro que no sabes a qué nivel me metí en el personaje de tu libro. O sea, esta chica era mayor que yo y estaba casada. Pasa que al descubrirlo estaba muy pillada y me dio igual porque prometió que acabaría con ese hombre pero nada, que nunca pasó y se fue a vivir con él a otro continente...
-Lo siento, es una pena que la gente engañe de esa manera a alguien que le quiere. Pero, ¿tú no odiabas leer mis historias?
-Y ahora vivirlas también -bromeó- solo tú puedes con eso -se rió-. Pero ahora estoy conociendo a otra chica, de mi edad y estoy bastante más calmada.
-Me alegro, te hará bien -comenté dándole un trago a la cerveza mientras me miraba fijamente.
-¿Y tú? ¿Estás con alguien? -preguntó y casi me atraganto.
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Bastaba | Temática Lésbica | Completa |
RomanceMientras Sandra escribe en la pizarra La otra es incapaz de concentrarse Ella aparta el pelo de su espalda Y a Julia el lenguaje italiano le arde Sandra Martín tenía la vida ideal que mucho le había costado lograr cuando lo que parecía ser un inocen...
