Capítulo 7: Sensible

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La mañana siguiente llegó y con ella los movimientos algo inesperados de "Natasha"

Pues desde hace ya unos minutos que estaba despierta admirando con todo su ser al que ahora tenía el lujo de llamar esposo.

Esto duró por breves minutos, ya que una arcada llegó de golpe haciendo que se levantará.

Y como estaba descalza, no tuvo que preocuparse por hacer el mínimo ruido.

Levantó la tapa del inodoro y se inco, esperando que solo fuera un mal presentimiento.

—Todo estará bien.  —dijo en cuanto sintió aquella desagradable sensación en su estómago. —No, otra vez no

Inmediatamente devolvió lo que tenía en el estómago, mientras unas conocidas manos le agarraban el cabello.

—¿Estas bien?—la voz conocida de "Steve" resonó por el cuarto de baño.

—No es la sensación más agradable del mundo, sabes —dijo con una sonrisa. —¿Que haces despierto tan temprano y más aún en domingo? Es el único día donde pernacemos hasta tarde.

—Sí bueno, me preocupe cuando no te sentí del otro lado de la cama —explicó. —Me imagine a que se debía a las náuseas mañaneras. Los sonidos de las arcadas me lo confirmaron.

—Es asqueroso —contestó levantándose y mirándolo con esos ojos brillosos —¿Así va a ser siempre? Porque si es así, voy a comenzar a detestarlo.

—Solo por un tiempo —respondió. —¿Quieres que te traiga algo?

—Un poco de fruta y jugo estaría bien —pidió.

—De acuerdo, recuestate en la cama, aún estás algo enferma y no deseo que pase algo.

Ella le obedeció sin rechistar, después de todo aún se sentía sin algunas fuerzas.

—¿Estas cómodo?—preguntó "Steve" una vez que se aseguró de que ella estaba cómoda.

—Es relajante —contempló —Aún así me cuesta trabajo adaptarme, sobre todo porque hay zonas donde debo tener cuidado de tocar.

—Aún después de muchas horas de pasión sigues siendo un caballero —dijo. —Sabes que no tengo problema alguno con eso.

—Lo sé, pero aún así no es correcto. —le explico. —El cuerpo de una mujer debe ser respetado, yo soy el intruso, así que mejor me mantengo a raya.

—Como desees —dijo él —Iré por el desayuno.

Lo vio desaparecer por la puerta de la habitación, hubo un gran silencio luego de que la puerta hubiera sido cerrada.

Respiró profundamente mientras intentaba aclarar sus ideas esa mañana.

Pues aún le resultaba algo raro el hecho de tener que ser "la damisela en apuros"

Aún así disfrutaba de todas esas atenciones que Natasha en su cuerpo tenía con él, el sentimiento era extraño y bastante incomprensible en ese momento.

Pero estaba más que seguro que lograría acostumbrarse.

Aún así; había una sola duda que taladraba su cabeza desde que la anomalía sucedió.

Y era el hecho de las misiones.

Si bien sabía que Natasha era capaz de todo lo que se propusiera, ahora no era su fuerte en estos momentos.

Estaba en un cuerpo que no era el suyo, que tenía una masa distinta a un cuerpo femenino como era su caso.

Si bien algo que reconocía a la perfección era lo experimentada que estaba su esposa mediante el sigilo.

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