Capítulo 3: ¿El Orgullo Puede Ser Reparado?

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Natasha asoto la puerta una vez que estuvo dentro de sus aposentos.

Se dirigió al baño a curar sus heridas de las manos, se sentía frustrada, dolida, enojada y sentimental.

—Idiota —dijo con rabia contenida —Siempre intentando ser la perfección.

En la puerta se escucho un sonoro golpe.

—Romanoff —llamó la voz de Rogers. —Yo... Eh... Quería saber si estabas bien.

—Perfectamente bien —contestó tajante —¿Puedes largarte?

—Yo... Me gustaría que habláramos —fue su respuesta.

—Te deje muy en claro que no quería que volvieras a dirigirme la palabra —ella declaró. —No entiendo de que quieres hablar.

—De nosotros —respondió.

—Mmm... Me parece que de eso ya no hay nada que hablar —dijo por su parte. —Dejaste muy en claro lo que opinabas de mi ese día.

—Por favor, Natasha —decreto este —Sabes que jamás te faltaría al respeto de esa forma. Además ¿como piensas que esa es mi manera de pensar sobre ti? Jamás lo haría.

—Quizás no lo dijiste pero vi tu semblante, Rogers —contestó —Esa Decepción, repulsión, dolor. Todo.

—Nat, por favor déjame entrar —pidió. —Solucionar las cosas, sabes que así no es como se resolverán por arte de magia.

—Ya dije todo lo que tenia que decir —concreto —Sí no te importa, me gustaría dormir, me siento muy cansada y quiero descansar.

—Esta bien —decreto —Te dejaré dormir, solo responde una última cosa. Una última y solo entonces te dejaré en paz.

—¿Qué?—preguntó aún parada en la puerta.

—¿Haz tenido, "eso"?—preguntó con preocupación.

—Afortunadamente no, y si no me dejas descansar ahora probablemente "eso" pase, y no estoy de humor como para soportarlo. —le respondió. —Ahora si ya acabaste, Largate, deseo dormir.

Steve entendió que no podía presionarla, aunque esperaba que ese día las cosas se solucionaran y volvieran a ser tan unidos como antes.

Finalmente se dio cuenta que ese día no sería su reconciliación, por lo cual debía esperar.

Dejó en el piso un postre:

Pastel de chocolate con una fresa en su centro, pues era una tradición cada que cenaban comida rápida.

Se turnaban cierto tiempo después de la cena, cuando eso pasaba uno de los dos se iba a su recamara sin decir nada, al poco rato, el otro tomaba una porción de postre y se la dejaba en la puerta de su respectiva habitación.

Tocaban dos veces para avisar de su posición y se iban de ahí cuando escuchaban que el otro estaba a punto de abrir.

El postre que le daba a Natasha era un pastel de chocolate, luego de que se volviera la adicción de la pelirroja la vez que habían ido a comprar un cafe luego de la cita donde compartieron una hamburguesa.

Tocó dos veces para dar a conocer su presencia una última vez y se marchó de ahí.

Minutos después de que se asegurará de que se había ido, la pelirroja abrió la puerta de su habitación, habitación que compartía con Steve desde que estaban casados, pero por la situación reciente, ahora era la suya propia, mientras que él dormía en una de las habitaciones disponibles.

Miró hacia abajo, encontrando el pequeño plato con la porción de pastel de chocolate que le había dejado en el piso. Así como una nota;

Tu sonrisa tan resplandeciente, a mi corazón deja encantado.

¡¿Intercambiamos... de Cuerpo?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora