Capítulo 8: Anécdotas De Intercambio

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"Natasha" regresaba luego de un día pesado.

Sus pies se habían convertido en su peor enemigo luego de ir de allá para acá las últimas horas en el centro comercial.

Pero no se arrepentía, para nada.

Llegó a la puerta de la habitación que compartía con "Steve" y lo que vio lo dejó totalmente boquiabierto.

Este se encontraba totalmente empapado, y que decir de las manchas ¿de comida y pintura? Que tenía regados por todo el cuerpo.

—Esos chicos son intensos —sonrió tan pronto ella dio un paso dentro de la estancia.

—Veo que te divertiste al final —dijo —¿Que traes en la cara?

—¡Oh, regresaste!—dijo contento —Vaya que tardaron bastante. ¿Que tanto hiciste hoy?

—No me lo vas a creer —dijo —fue toda una locura.

Cinco horas atrás.

Tener una "tarde de chicas" como las mujeres del complejo lo llamaban era la sensación, aunque extraña, más gratificante de la vida.

Jamás imagino que se tardaría unas tres horas eligiendo todo tipo de conjuntos para ver cuál le quedaba mejor.

Pasaron desde ropa intima, a algo que se amoldara a sus necesidades ahora que su vientre iba creciendo.

—¿Tú que dices "Natasha"?—preguntó Wanda mostrándole una ropa muy ajustable. —Sí, yo creo que este es bueno.

—Que buenos gustos Wanda —dijo María —Pero ese color no le favorece, "Natasha" por favor, di tu opinión.

La verdad es que se sentía algo raro, nunca en la vida se había enfocado en ese tipo de situaciones. Generalmente escogía lo que se le pusiera por delante.

Sin hacer muchas preguntas o cuestiones. Vaya que las mujeres sí eran algo... Cuidadosas.

—Bueno... Yo... No se —dijo nerviosa. —El rosa con tonos negros es lindo, pero el azul es el que mas me llama la atención. Hace poco "Steve" me regalo un par de tenis del mismo color y creo que es perfecto para usarse con eso.

—No podría estar más de acuerdo —dijo María.

Después de comprar el mallon y un par de blusas más, fueron a otra, donde compraron un sin fin de vestidos para la temporada de vacaciones. Gorros de playa y diversas gafas de sol.

—¿Todo este tipo de cosas compran las mujeres?—comentó la pelirroja —¿No es algo... Como decirlo... Excesivo?

—Oh, "Natasha, Natasha" —canturreo María —Pará una mujer, la ropa y los cosméticos nunca es suficiente.

—Exacto —está vez se le unió Wanda —Normalmente esto no es ni la mitad de lo que solemos comprar.

—¡¿Normalmente?!—dijo la pelirroja

—Así es. Solo que como es tu primera vez disfrutando con nosotras, no queremos hostigarte —mencionó Pepper.

—¡Santo Dios, que me espera!—dijo anonadado.

—Espera y verás, espera y verás —le dijo María Hill.

Estaban tan centrada escogiendo un conjunto cuando un disturbio se hizo paso por la tienda.

—¡Chicas, chicas, chicas!—una agitada Sharon llegó corriendo a la tienda —No me lo van a creer! ¡¿Adivinen que encontré?!

—¡Pues habla, no nos dejes con la intriga!—dijo.

¡¿Intercambiamos... de Cuerpo?! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora