Promesa

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Entre los dos cargaron al chico con cuidado. Tratando de no agravar sus heridas. 

Lo llevaron hasta su habitación, donde lo recostaron boca abajo, las heridas de su espalda expuestas ante ellos. 

Flapjack comenzó a aletear furiosamente cuando los vio entrar, como si pudiera percibir que algo malo le había ocurrido al chico. 

—Sacalo de la Jaula, estará más tranquilo si se puede acercar—

Declaró Darius, comenzando a buscar algo de entre los cajones del escritorio. 

La chica aún como en trance asintió. Abrió la puerta de la Jaula del cardenal, el cual voló inmediatamente hasta donde estaba Hunter, dejando escapar unos soniditos de pena y acostándose al lado de su rostro. 

Willow se sentó a su lado, aún viendo horrorizada aquellas heridas. 

Darius se aproximó, llevando consigo un frasco con un líquido rojo, un pedazo de tela limpio y algunas vendas. 

—Vamos a limpiar las heridas primero—

Le tendió la prenda, ya ligeramente húmeda. Debió haber pasado al baño y Willow ni siquiera lo había notado. 

—¿Puedes hacerlo?—

Asintió, respirando hondo y contando hasta tres como sus padres alguna vez le enseñaron. 

—Bien, puedo ir empezando. Limpia la tuya antes —

¿La suya? Estaba tan ensimismada en lo que le había ocurrido a Hunter que había olvidado que también había sido herida. 

Pasó la prenda sobre su pierna, quitando el exceso de sangre. 

La herida no era tan profunda, pero ardía. Le sorprendió haberse olvidado de ella. 

Limpio y vendo la zona. Haciéndolo lo más rápido posible para volcar su atención de nuevo en Hunter. 

Darius ya había avanzado, la mitad derecha de la espalda del chico limpia de la sangre. 

Se podían ver mejor las heridas, no parecían tan profundas pero si problemáticas. 

Willow imitó al hombre, dándose cuenta de que este ya parecía tener experiencia en ello. 

El hecho de que todos los materiales para la curación estuvieran ya en el cuarto solo la hizo sentir peor. ¿Cuántas veces no habían pasado ya por lo mismo?

Limpio con extremo cuidado, mientras Darius se aproximaba al rostro del chico, colocando la pócima roja sobre sus labios, haciéndolo beber. Hunter aún permanecía con los ojos cerrados, pero su semblante cambió al tomar aquel líquido, siendo notable como disminuia su dolor.

—Ahora vamos a vendarlo. Mañana podré traer a un sanador para que lo revise adecuadamente.

—Todas sus cicatrices… ¿ha sido lo mismo?—

Pregunto la chica, por fin hallando su voz de vuelta.

Darius suspiró, notando el gesto de ira y culpabilidad en su rostro. 

—La misma persona, diferentes armas— Observo como la chica empuñaba sus manos y rápidamente agregó —Se que te sientes culpable, pero Belos siempre ha sido así, de hecho estoy grandemente sorprendido por tu coraje, a muchos de nosotros nos tomó tiempo tener ese valor.

—No siento que fuera valiente, más bien estupido, Hunter esta asi por mis acciones.

Se quedaron callados un momento. Era extrañamente reconfortante ver como el pecho del chico se movía con su respiración, asegurándoles que seguía allí. 

Between the DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora