Libertad

951 87 97
                                    

Merecen su final feliz

Casi se sintió como ahogarse, aunque luchara por respirar, su cuerpo no parecía corresponderle. Se aferró a la imagen de Willow, a su rostro preocupado mientras sostenía su mano.

Por lo menos ella estaba bien, Belos estaba muerto, aunque él no estuviera, ella podría vivir una vida pacífica.

Aquel pensamiento pareció consolarlo un poco, aunque pensar en todas las cosas que ya no viviría a su lado lo sumieron en una espiral de tristeza. 

Se sentía cansado, sus párpados pesaban.

Creyó haberle dicho que la amaba, escuchó un sollozo de su parte y después oscuridad.

Entonces, fue como si un par de manos lo arrastraran de vuelta. El aire llenó sus pulmones y abrió los ojos de golpe.

Se incorporó alarmado, sus ojos acostumbrándose de nuevo a la escasa luz.

El dolor se había esfumado. Su ropa seguía manchada de sangre, pero en su cuerpo ya no había rastro de ninguna herida. ¿Qué es lo que había sucedido?

Busco frenéticamente a Willow. Se encontraba a su lado, mantenía los ojos cerrados, su respiración normal, podía ver cómo su pecho subía y bajaba, como si simplemente estuviera dormida.

—¿Willow?— La llamó suavemente, acercándose más a ella.

La chica no respondió, lo cual causó una punzada de miedo dentro de él.

¿Qué es lo que había pasado? Estaba muy seguro que había estado muriendo, pero la herida ahora no estaba y Willow no le respondía.

La acuno con cuidado entre su brazos, notando como las lagrimas se acumulaban en sus ojos, como su garganta comenzaba a doler de la angustia.

—Willow… por favor abre los ojos…— Susurró entre sollozos, buscando frenéticamente algo que le indicara lo que había sucedido.

Una risa infantil llegó a sus oídos, pero por más que busco no pudo encontrar a nadie más en la habitación.

Solo el cadáver perturbador del que alguna vez fue su tío, el que había provocado todo eso.

El odio volvió a consumirlo por un momento, sabiendo que había sido su culpa que todo hubiera terminado así.

Fue entonces que comenzó a oír pasos, sonidos apresurados encaminadose hacia ellos.

Se aferró más a la chica, escudandola con su cuerpo. 

Dos figuras comenzaron a dibujarse frente a él, buscó su espada con urgencia, sosteniéndola con fuerza con una mano, mientras que con la otra abrazaba a la joven.

Darius y Eda aparecieron en el portal, sus armas también en alto, claramente listos para luchar.

Hubo un momento de clara confusión en el que ambos lados se quedaron paralizados, simplemente apuntandose con sus armas.

—¿Darius?—

La voz del chico sonó débil, ronca por el llanto. El hombre fue el primero en soltar su espada, Hunter lo hizo después justo a tiempo para que Darius lo rodeara con sus brazos, un abrazo lleno de alivio por verlo a salvo.

—Darius… Willow, willow no responde.

La mirada del moreno se fijó de inmediato en la chica, quien yacía entre los brazos del joven, parecía profundamente dormida y a simple vista no parecía estar herida.

Between the DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora