𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 04

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Caminaron por la calle en silencio, Melania sabia que Harry no quería hablar, lo respetaba, insultaron a sus padres y eso no se perdona.

Después de alejarse varias calles, Harry dejó caer sobre un muro bajo de la calle Magnolia, jadeando a causa del esfuerzo. Se quedó sentado, inmóvil, todavía furioso, escuchando los latidos acelerados del corazón. Melania se sentó a su lado y se quedó en silencio, haciéndole compañía.

-Siento mucho lo que paso- dijo Harry sin verla

-Uno no se disculpa por algo que no hizo- dijo Melania sin verlo.

-Pero...

-Esa señora hablo porque quiso, tuvo suerte que tu la castigaras, yo planeaba arrancarle los dedos.

-Creo que incluyendo su lengua hubiera sido mejor, jamás hubiera tenido que volverla a escuchar.

Ambos se quedan en silencio, viendo la oscura y desierta calle. Melania sabia que Harry tenia miedo, se había quedado sin casa y no tenia otro familiar con quien ir. 

-¿No tienes frio?- pregunto Harry poniéndose un suéter

-Nunca me molesto- volteando a verlo- ¿Qué vas a hacer ahora?

-No se, estaba tan enojado que no pensé en eso- respondió mientras miraba su alrededor, estaba abandonado a su suerte en mundo muggle, sin ningún lugar al que ir-, estoy seguro que ellos no quieren volver a saber de mi y no me volverán a recibir...- mira el suelo-, no se a donde ir

No había pensado en eso cuando decidió irse de la casa de sus tíos, no sabia que hacer. Harry miró a ambos lados de la calle Magnolia. ¿Qué le sucedería? ¿Lo detendrían o lo expulsarían del mundo mágico? . Además, tampoco tenía dinero muggle. Le quedaba algo de oro mágico en el monedero, en el fondo del baúl, pero el resto de la fortuna que le habían dejado sus padres estaba en una cámara acorazada del banco mágico Gringotts, en Londres. Nunca podría llevar el baúl a rastras hasta Londres.

-Si lo tienes- dijo Melania sacando a Harry de sus pensamientos-, puedes quedarte en mi casa

-¿Que?- pregunto sorprendido

-Que puedes quedarte en mi casa, no pienso dejarte aqui a tu suerte- dijo Melania viendo su alrededor-. Además, no tienes muchas opciones de donde ir, de hecho, no tienes ninguna ¿Que dices?

Harry sonríe, el solo pensar que pasara lo que queda del verano con Melania le encantaba. Aunque en el fondo deseaba conocer su casa y la razón por la que Fudge, el Ministro de Magia, dice que no pueden cruzar mas allá de la sala de estar.

-¡Si!- contesto de inmediato. Se sonroja al darse cuenta que casi grito-, digo, si, si claro que acepto- sonriendo.

-Perfecto- dijo levantandose-. Andando

-¿Pero como llegaremos a tu casa?- pregunto Harry levantandose-, un momento ¿Cómo llegaste la casa de los Dursley?

-Tome la moto de mi tío Lucas y la deje a unas cuadras de aqui- dijo Melania viendo su alrededor, dándose cuenta que no reconoce la calle-, me acuerdo el nombre de la calle pero no se como llegar- cruzando los brazos

-Y el problema es que esta casi oscuro- dijo Harry levantandose- ¿Que tan lejos esta tu casa?

-A las afueras del pueblo, como 30 minutos- respondió-, el problema es que no conozco bien el lugar, paso la mayor parte del año en Hogwarts.

-Y si esta a las afueras significa que esta lejos- dijo Harry viendo su baúl, nunca llegarían con el, estaba muy pesado.

Harry miró la varita mágica, que todavía tenía en la mano. Si ya lo habían expulsado (el corazón le latía con dolorosa rapidez), un poco más de magia no empeoraría las cosas. Tenía la capa invisible que había heredado de su padre. ¿Qué pasaría si hechizaba el baúl para hacerlo ligero como una pluma, lo ataba a la escoba, se cubría con la capa y los dos se iban a casa de Melania volando?

𝐌𝐞𝐥𝐚𝐧𝐢𝐚 y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora