𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 29

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A pesar de que Harry sabía que la intención de Hermione había sido buena, pero eso no le impidió enfadarse con ella. Había sido propietario de la mejor escoba del mundo y, por culpa de Hermione, ya no sabía si la volvería a ver. Estaba seguro de que no le ocurría nada a la Saeta de Fuego, los Addams le habían dicho que estaba bien, pero ¿En qué estado se encontraría después de pasar todas las pruebas antihechizos?

Ron también estaba enfadado con Hermione. En su opinión, desmontar una Saeta de Fuego completamente nueva era un crimen. Hermione, que seguía convencida de que había hecho lo que debía, comenzó a evitar la sala común, sobre todo estar en lugares públicos, aunque no podia evitar las clases, Hermione era la burla de todos por los granos que le duro una semana. Comenzaron a llamarla "Lady Granos" o "Chica Granos".

Harry y Ron esperaban que con eso deje de meterse en lo que no le importa.

Melania sabia que la profesora McGonagall no se creyó la mentira de que su abuela le regalo la escoba a Harry, aunque lo haya escrito, así que tomo medidas desesperadas, le escribió esa misma tarde y fue a la lechucería por Hedwig para que llevara la carta a su Abuela o quien sea que este en su casa, excepto sus hermanos, sabia que ellos los ayudarían.

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-¡Harry!- Wood se acerco a él-. No e tenido la oportunidad de hablar contigo, ¿Qué tal las Navidades? -preguntó. Y luego, sin esperar respuesta, se sentó, bajó la voz y dijo-: He estado meditando durante las vacaciones, Harry. Después del último partido, ¿Sabes? Si los dementores acuden al siguiente... no nos podemos permitir que tú... bueno...

Wood se quedó callado, con cara de sentirse incómodo.

-Estoy trabajando en ello -dijo Harry rápidamente-. El profesor Lupin me dijo que me daría unas clases para ahuyentar a los dementores. Comenzaremos esta semana. Dijo que después de Navidades estaría menos atareado.

-Ya -dijo Wood. Su rostro se animó-. Bueno, en ese caso... Realmente no quería perderte como buscador; Harry. ¿Has comprado ya otra escoba?

-No -contestó Harry.

-¿Cómo? Pues será mejor que te des prisa. No puedes montar en esa Estrella Fugaz en el partido contra Ravenclaw.

-Le regalaron una Saeta de Fuego en Navidad -dijo Ron.

-¿Una Saeta de Fuego? ¡No! ¿En serio? ¿Una Saeta de Fuego de verdad?

-No te emociones, Oliver -dijo Harry con tristeza-. Ya no la tengo. Me la confiscaron. -Y explicó que estaban revisando la Saeta de Fuego en aquellos instantes.

-¿Hechizada? ¿Por qué podría estar hechizada?

-Sirius Black -explicó Harry sin entusiasmo-. Parece que va detrás de mí. Así que McGonagall piensa que él me la podría haber enviado. A pesar de que ya le dijimos quien me la dio, no pareció creérselo.

-Sobre todo que mi familia la reviso- dijo Melania.

Desechando la idea de que un famoso asesino estuviera interesado por la vida de su buscador; Wood dijo:

-¡Pero Black no podría haber comprado una Saeta de Fuego! Es un fugitivo. Todo el país lo está buscando. ¿Cómo podría entrar en la tienda de Artículos de Calidad para el Juego del Quidditch y comprar una escoba?

-Ya lo sé. Pero aun así, McGonagall quiere desmontarla.

Wood se puso pálido.

-Iré a hablar con ella, Harry -le prometió-. La haré entrar en razón... Una Saeta de Fuego... ¡una auténtica Saeta de Fuego en nuestro equipo! Ella tiene tantos deseos como nosotros de que gane Gryffindor... La haré entrar en razón... ¡Una Saeta de Fuego...

𝐌𝐞𝐥𝐚𝐧𝐢𝐚 y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora