𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 42

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Corrieron a toda prisa hacia la cabaña de Hagrid, pero no llegaron muy lejos, se detienen al ver a Buckbeak y a Fang corriendo hacia ellos.

-¡¿Cómo salieron?!- pregunto Harry confundido

-Deje la puerta abierta- dijo Melania, Harry voltea a verla-. Por si acaso.

Harry asiente

-Tenias razón Melania, no vi a mi padre, era yo ¡Me vi a mí mismo, pero creí que era mi padre!

-No puedo creer que hiciste aparecer un patronus capaz de ahuyentar a todos los dementores. Eso es magia avanza- dijo incrédula. Aunque no sabia porque le sorprendía ya que ella sabia demasiada magia avanzada para su edad

-Sabía que lo podía hacer -dijo Harry-, porque ya lo había hecho... ¿No es absurdo?

-No. ¡Harry, mira a Snape!

Observaron la otra orilla desde ambos lados del arbusto. Snape había recuperado el conocimiento. Estaba haciendo aparecer por arte de magia unas camillas y subía a ellas los cuerpos inconscientes de Harry, Melania Hermione y Sirius. Dos camillas, que sin duda llevaban a Maya y a Ron, flotaba ya a su lado. Luego, apuntándolos con la varita, los llevó hacia el castillo.

-Bueno, ya es casi el momento -dijo Melania, mirando el reloj-. Disponemos de unos 45 minutos antes de que Dumbledore cierre con llave la puerta de la enfermería. Tenemos que rescatar a Sirius y volver a la enfermería antes de que noten nuestra ausencia.

Aguardaron. Veían reflejarse en el lago el movimiento de las nubes. La brisa susurraba entre las hojas del arbusto que tenían al lado. Aburrido, Buckbeak había vuelto a buscar lombrices en la tierra. Seguido por Fang.

-¿Crees que ya estará allí arriba? -preguntó Harry, consultando la hora. Levantó la mirada hacia el castillo y empezó a contar las ventanas de la derecha de la torre oeste.

-¡Mira! -susurró Melania al ver a un hombre se apresuraba por los terrenos del colegio hacia una de las entradas- ¡Alguien va por los Dementores!

-¡Vamos!- dijo Harry

Melania puso las manos en el lomo de Buckbeak y Harry la ayudó a montar.

Luego apoyó el pie en una rama baja del arbusto y montó delante de ella. Pasó la cuerda por el cuello de Buckbeak y la ató también al otro lado, como unas riendas.

-¿Preparada? -susurró a Melania-. Será mejor que te sujetes a mí.

-Fang, a casa ¡Ahora!

Fang no lo necesito escuchar dos veces y se fue corriendo a la cabaña de Hagrid.

Buckbeak emprendió el vuelo hacia el oscuro cielo. Harry le presionó los costados con las rodillas y notó que levantaba las alas.

Planeaban silenciosamente hacia los pisos más altos del castillo.

-¡Sooo! -dijo Harry, tirando de las riendas todo lo que pudo.

Buckbeak redujo la velocidad y se detuvieron. Pasando por alto el hecho de que subían y bajaban casi un metro cada vez que Buckbeak batía las alas, podía decirse que estaban inmóviles.

-¡Ahí está! -dijo Harry, localizando a Sirius mientras ascendían junto a la ventana. Sacó la mano y en el momento en que Buckbeak bajaba las alas, golpeó en el cristal.

Sirius levantó la mirada. Harry vio que se quedaba boquiabierto. Saltó de la silla, fue aprisa hacia la ventana y trató de abrirla, pero estaba cerrada con llave.

-¡Atrás! -le gritó Melania, y sacó su varita- ¡BOMBARDA!

La ventana explota

-Pudiste usar Alohomora- dijo Harry.

𝐌𝐞𝐥𝐚𝐧𝐢𝐚 y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora