Anomalía [Higuel]

D.D. Hiro

Un mundo muerto, eso es lo que Hiro veía cada vez que observaba desde la ventana de su laboratorio. Desde que regreso de su incursión no había visto ese deprimente paisaje, y era algo que realmente hubiera preferido no volver a ver mientras viviera.

El virus, desde que aquel virus comenzó a propagarse, él y el resto del equipo de héroes habían hecho lo imposible por contener la enfermedad. Era una labor titánica, inclusive con el ejército de Baymax que habían fabricado en conjunto la familia Frederickson y las empresas Krei les fue imposible contener la propagación.

Desafortunadamente la enfermedad no tenía cura y a pesar de los esfuerzos por encontrar una, lo único que podían hacer por los infectados era ponerlos en cuarentena y hacer que sus últimos días fueran llevaderos.

Pero, a pesar del trágico e inevitable final que la enfermedad traía para sus víctimas, era noble a su manera, y esa nobleza era lo que la hacía más peligrosa. Después de infectarse, el huésped sufría una gripe leve, y después de eso no había síntomas que revelaran que se estaba infectado.

Solamente había dos formas de saber si alguien tenía la enfermedad, una era haciendo una prueba a nivel ADN, y la otra manera era cuando la enfermedad estaba en las fases finales.

El virus cortaba todas las señales nerviosas, curiosamente siempre iniciaba por los sistemas (como Hiro solía llamar) que indicarían que algo no estaba bien en el cuerpo, no había dolor, no había malestar alguno, de forma que el paciente infectado simplemente moría.

Era una pandemia mortal, el virus se había propagado por todo el mundo, nunca se supo su origen, aunque en honor a la verdad los esfuerzos se centraban principalmente en encontrar una cura, por todo el mundo se laboratorios, universidades y equipos independientes centraban sus esfuerzos en encontrar una vacuna.

La ciudad de San Fransokyo no fue la excepción y uno de los equipos era financiado en conjunto por las grandes empresas de la ciudad donde las grandes mentes trabajaban de manera incansable, claro que esas mentes incluían a las identidades secretas de los grandes héroes. Era algo que había puesto una extrema presión en ellos.

Pero ni importaba lo duro de la situación, todos siempre daban su máximo esfuerzo y si alguien flaqueaba Miguel siempre encontraba una manera de subir el ánimo, el cantante no tenía el conocimiento para hacer el trabajo de laboratorio, pero eso no le impedía visitar a los aislados científicos.

Los amantes estaban separados por un cristal y solo podían hablar a través de un aparato, era algo inevitable, esto era para que los científicos estuvieran a salvo de la enfermedad. Y aunque Miguel solo visitara a Hiro su presencia y tenía un efecto que subía la moral de todos. Ciertamente era la base en la que todos se apoyaban.

Por eso todo se derrumbó cuando Miguel murió.

Ese trágico suceso afecto a todos y bajo la moral en extremo, no solo a sus amigos cercanos, todo aquel que lo conoció fue afectado por su fallecimiento. Y de entre todos, el que más sufrió fue Hiro.

-Ni siquiera pude despedirme – Dijo en voz alta mientras seguía observando el paisaje

La era de los humanos había llegado su fin, al menos eso es lo que creía, había enviado sondas alrededor del globo, pero ninguna había detectado vida humana, posiblemente era el último ser humano en el planeta.

Ya muy tarde había encontrado la solución, no era perfecta, pero era lo único que había dado resultados y él era la prueba viviente, más o menos. La "cura" que había desarrollado era realmente efectiva, contra la enfermedad, contra cualquier enfermedad, era demasiado efectiva.

De todas las personas Hiro pensaba que él era la menos adecuada para encontrar la cura, Miguel había dejado un vacío imposible de llenar y por mucho tiempo se encerró en sus pensamientos con la sola idea de volver a verlo, era una carcasa vacía, sus amigos eran los que lograban mantenerlo "vivo" pero esto no duro para siempre.