Guía

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Los chicos abrieron los ojos, habían sido cegados por una luz extremadamente brillante, aún estaban algo deslumbrados al punto de no poder ver claramente, de hecho aún no podían ver nada.

El mexicano estaba quieto, lo que fuera que había sucedido le había sorprendido a tal punto de casi dejar caer su guitarra, aun podía sentir como Hiro posaba una mano en su cintura y otra sostenía fuertemente una muñeca, tenía los ojos abiertos pero no podía ver nada, podía sentir como un cálido soplo de aire rosaba una de sus mejillas.

El genio estaba en una condición similar a la del músico a pesar de saber de antemano lo que pasaría, estaba sorprendido, tenía una idea de lo que pasaba, pero no estaba seguro, acerco al cantante con la mano que tenía en la cintura del mismo, no quería perder contacto con Miguel.

Hiro algo asustado, respiraba agitadamente mientras apretaba la mano con la que sostenía una de las muñecas de Miguel, poco a poco los chicos fueron recobrando la vista, pero esto no disminuyo su asombro, al menos no el de Hiro.

Frente a ellos se elevaba un paisaje ya conocido por Miguel pero no por eso fue menos sorprendente para el chico, Hiro por su lado estaba más que sorprendido. Las estructuras que se alzaban ante el eran totalmente diferentes a lo que conocía.

Unos extraños animales rondaban, los alrededores, Alebrijes pensó para sí, los que había visto en los dibujos de Miguel y en algunas tiendas de artesanías de Santa Cecilia, al parecer tuvieron la suerte de aparecer en un sitio solitario, no querían llamar la atención.

H-Mi... Mi... Miguel –decía mientras apretaba la cintura de Miguel- estamos...

M- Si

H- Aquí es... -apretaba la muñeca del mexicano

M- Si

H- Estamos en... - decía mientras se pegaba al mexicano

M-Si – Miguel coloco su mano libre sobre la mejilla del genio – Bienvenido

Hiro recargo su cabeza en el hombro del mexicano, este, cuando sintió el peso giro su cabeza, los ojos de su amigo estaban cristalizados, parecía hipnotizado su rostro reflejaba una mezcla entre nervios y felicidad.

M- Hay algo raro –dijo el mexicano tomando la atención de Hiro

H- ¿A qué te refieres?, ¿Acaso no estamos en...?

M- No es eso, estoy seguro que sí, pero no sé, esta menos... ¿festivo?

H- ¿Festivo?

M- Si bueno, supongo que es porque la última vez que vine celebraban el día de muertos

Hiro no entendía bien a lo que el mexicano se refería, pero el músico sí que sabía, a diferencia de la última vez que había ido, no había pirotecnia, ni música por todos lados, por supuesto que el ambiente no se sentía triste, todo lo contrario la alegría rebozaba pero sentía que su última vez fue más "mágica".

Frente a los chicos se levantaba las imponentes estructuras que componían la tierra de los muertos, antes de iniciar su aventura debían tratar de pasar desapercibidos, Hiro tomo de la mochila unas pinturas faciales entregándoselas a Miguel.

M- Veo que vienes preparado, vas a ver que te dejo bien chido

El mexicano tomo las pinturas y tomando con sus manos desnudas procedió a pintar al genio- no te muevas que te voy a manchar todo- Hiro no podía evitarlo, trataba de quedarse lo más quieto posible.

El mexicano tomo las pinturas y tomando con sus manos desnudas procedió a pintar al genio- no te muevas que te voy a manchar todo- Hiro no podía evitarlo, trataba de quedarse lo más quieto posible

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Anomalía [Higuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora