Adiós

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Los Hamada observaban el pétalo brillar en la mano del ahora confundido Héctor, que observaba a todos a su alrededor, ya que a pesar de lo que decía Miguel no se explicaban como es que Hiro podía ser considerado un Rivera

-¡La Familia! – Prorrumpo la muerte acercándose a la multitud conformada por los antepasados de los chicos – La Familia, no siempre es con quien compartes la sangre – dijo extendiendo las manos –Son las personas en tu vida, que te quieren en la suya – expreso mientras observaba a Héctor y a Imelda – Son aquellos que te aceptan por quien eres, aquellos que harían cualquier cosa por verte sonreír – dijo observando a Tadashi y a Hiro, quedo un momento en silencio mientras se acercaba a los chicos –son aquellos... - los miro a los ojos – que te aman sin importar nada

T- Entonces... Hiro...

H- Mi... - Héctor estaba a punto de iniciar el ritual de bendición

H- Voy a volver- susurro siendo lo suficientemente audible como para interrumpir a su Héctor- voy a volver, aún tengo mucho que decirte

- Me temo que eso no es posible – declamo una áspera voz de entre las sombras que hizo estremecer a los presentes – ¿No les has dicho? – Pregunto un ser negro con alas como de ángel y una armadura parecida a la era de la conquista, surgía de entre una pequeña nube de humo negro que apareció al lado de la Muerte – Mi amor

-Estaba a punto querido, pero ya que estas aquí...- dijo extendiendo la mano señalando a los presentes

-¿Y quitarte el gusto?, no podría- respondió sonriendo

M- ¿Y el quien es? – pregunto el pequeño casi muerto observando impresionado al ser

- Ya que preguntas, es mi esposo Xibalba

H- Esperen, ¿A qué se refería con que no es posible?

Los poderosos entes se miraron mutuamente para después enfocarse en los chicos – Pues veras – decía la muerte – No puedo permitir que regresen – expreso mientras se acercaba a los chicos – ustedes, no pertenecen a este mundo, lo siento

H- P...Pero

-Escuchen, han hecho algo que nunca nadie ha hecho – dijo Xibalba – pero simplemente no es posible que les demos vía libre, por algo los mundos están separados, por algo los muertos vienen aquí y no se quedan allá

H- Pero...

M- ¡Pero Hiro aún tiene mucho que hablar con su Hermano! – Exclamo Miguel – ¿No pueden dejar que vuelva?, ¿Aunque sea una vez? – dijo con los ojos cristalizados a punto de llorar

-Lo siento – contesto la Muerte enternecida por el mexicano

Hiro ahora derramando lágrimas se prendió de su hermano – no pienso irme, aún tengo mucho que decirte – decía mientras apretaba a su familiar

M- Pero Hiro...

H- Vete tu Miguel, yo me quedo – dijo mientras hundía la cara en el pecho de Tadashi

M- ¿De qué hablas? – decía mientras lagrimas votaban de sus ojos

H- No quiero... Tadashi... tengo tanto...

T- Debes irte – dijo interrumpiendo al menor

H- No, no quiero y nadie puede obligarme

M- Hiro...

H- ¡Largo! – Grito al mexicano - Solo vete... por favor - dijo casi susurrando

Héctor se acercó a Miguel con el pétalo en mano – ven chamaco, tenemos que regresarte- dijo tristemente llamando la atención del chico – si él no quiere, no podemos obligarle

Anomalía [Higuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora