Oportunidades

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El día había llegado, ese día podrían recuperar el libro de Héctor, todo estaba según lo previsto, el museo ya había abierto hace un par de horas y la gente ya había comenzado a llegar llenando los pasillos, el equipo estaba listo y preparado para la acción.

Todos a excepción de un niño Mexicano y un nipón-americano adolescente, estos se encontraban aun en cama resfriados, su estado no era delicado, pero no podían hacer nada contra el diagnostico de Baymax y un grupo de padres algo sobreprotectores dirigidos por la abuela Elena.

Desde que despertaron les habían prohibido salir de la cama hasta que Baymax dijera lo contrario, por lo que habían desayunado ahí y comerían ahí, Miguel ya se había resignado, sabía que no podría contra sus padres, y menos contra su abuela.

Hiro por su parte aun pensaba en como escapar de la custodia del Gran Blanco, lógicamente le preocupaba el cómo lo tomaría la abuela Elena, pero no podía echarse para atrás, la oportunidad perfecta había llegado y no pensaba desperdiciarla.

-¿Cómo estas mis enfermitos? – Había entrado la señora Elena junto con la tía Cass y Baymax

M- Bien abuelita, ya nos sentimos mejor

H- Si tía, ya estamos bien, en serio, ¿Ya podemos irnos?

C- ¿Baymax?

B- Escaneando... escaneo completo... Aún detecto que su temperatura esta sobre lo normal, además aun presentan fatiga, recomiendo reposo.

-Ya escucharon al médico, quédense en la cama

C- No estarán pensando en hacer algo ¿Verdad?

M/H- Nnnno – Decían al mismo tiempo mientras miraban a la abuela de Miguel – para nada

-Muy bien, más les vale, vamos a hacerles una sopita de pollo para que se recuperen más pronto

C- Está bien señora, Baymax, estas a cargo cualquier cosa nos avisas

B- Entendido

Las señoras salieron de la habitación dejando a Baymax en la habitación con los chicos

H- Muy bien ya se fueron – decía Hiro mientras se levantaba de la cama y se acercaba a sus ropas para cambiarse – vamos Miguel- estaba a punto de tomarlas cuando sintió que algo lo levantaba del suelo.

B- Lo siento pero no puedo permitir que salgas de la cama- decía Baymax que tomaba a Hiro con facilidad en sus brazos y lo colocaba de nuevo en la cama arropándolo – le prometí a Doña Elena que los mantendría sanos y salvos.

H- ¿Doña? Pregunto Hiro confundido

B- Me solicito que le llamara de esa forma

H- Ok, supongo que está bien expresarte dela forma local

M- Si, Baymax se esta acostumbrando a hablar como aquí, mira- decía Miguel mientras llamaba la atención de Baymax –Baymax creo que me subió la fiebre- decía mientras actuaba como enfermo

B- Ay Wey, permíteme escanearte... escaneo completo, no detecto incremento en tu temperatura corporal, parece que solo quieres hacerme menso –dijo el robot ante la carcajada de Miguel

Hiro también soltó una pequeña sonrisa, nunca pensó que escucharía a Baymax hablando de esa manera – Ok ya entendí, creo que has aprendido cosas nuevas desde que llegamos amigo

B-Eso es correcto, mi base de datos se ha incrementado, he agregado un chiiiingoooo de infoooormacióooon – comenzó a decir mientras actuaba extraño, Miguel juraba que estaba como su tío después de tres tequilas

Anomalía [Higuel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora