Algo malo le estaba pasando a su magia.
Lucenys despertó sintiéndose enferma, era esa sensación de náuseas instalada debajo de su pecho y el cansancio en todo el cuerpo. Incluso su criatura interna se sentía letárgica, como si su núcleo mágico estuviera dañado.
—¿Te encuentras bien? – preguntó Harry viéndola sin sus lentes.
—Deberías regresar a su habitación — dijo ella — Antes que llegue Poppy o mi abuela.
Harry no dijo nada, solo colocó su mano sobre el cuello de Lucenys y luego con delicadeza bajo hasta en medio de sus pechos donde descansaba su corazón, dejando fluir un poco de su magia, su lado Fae, hizo que la Veela dentro de ella ronroneaba suave ante la presencia de su pareja.
—No es normal lo que te está pasando.
—Lo se, lo se — dijo Lucenys dejando caer su cabeza hacia atrás, dejándose embriagar levemente por el toque de Harry — Debe ser estar en este lugar que me pone enferma.
Lucenys se movió para quedar sobre el regazo de Harry, sus manos se apoyaron en su abdomen y ambos se besaron, la mano de Harry dejó su corazón para usar las dos para sujetar de la cintura.
Estaban rompiendo la decencia con que fueron educados, pero no solo eran un mago y una bruja, ambos tenían un criatura interna que arañaban sus pechos por un simple toque de su pareja, algo tan vital como el aire que respiraban.
Luego de minutos de besarse, Lucenys regreso a Harry debajo de su Capa de Invisibilidad de vuelta a su habitación antes que corrían malas lenguas.
Ella cerró los ojos y nuevamente parte de los recuerdos de Lucenys Velaryon regresaban a su cabeza, nuevamente su núcleo se empezó a desestabilizar, cerró su mente bajó escudos poderosos que la hicieron marearse levemente.
—Debo pedirle a mi abuela que me enseñe a construir un palacio mental — pensó Lucenys sentándose frente al espejo, con cuidado tomó su cepillo de sangre y se empezó a cepillar el cabello haciendo sus plegarias a la Madre Magia.
Por un momento vio su reflejo, un poco más joven, con los ojos castaños y cabello color chocolate, una sonrisa suave e infantil la vio por el reflejo.
Lucenys torció los labios y lanzó el cepillo al espejo rompiéndolo en varios fragmentos ante sus ojos.
Y todo se volvió oscuro.
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Rhaenyra quería ver a su hi.... a Lucenys.
—¿Enserio crees que la versión mala de Lucenys acceda a montar a dragón contigo? — preguntó Daemon caminando a su lado.
—Arrax ha estado inquieto — contestó Rhaenyra — Creo que volver a su dragón sea una buena idea.
—Joffrey dijo que Lucy Black le tienen miedo a los dragones
—Esos eran dragones ajenos — dijo Rhaenyra llegando a la puerta — Arrax y ella han sido compañeros de cuna. Tienen un vínculo.
—Esa era nuestra Lucenys. Lucy Black es otra persona.
—Pero son la misma alma. Es el alma de mi niña.
Rhaenyra abrió la puerta y rápidamente la sangre se le congeló en el cuerpo. Un grito silencioso se formó en su labios cuando vio la figura tirada de su hija en el suelo, alzó sus faldas y caminó en grandes pasos, sin cuidado se sentó en el piso y subió la parte superior del cuerpo de su hija hacia su regazo.
—Cariño, cariño — pasó sus manos por su rostro, estaba pálido y notó pequeñas ojeras violetas debajo de sus ojos. Daemon hincó la rodilla a su lado y colocó su dedo índice debajo de la nariz.
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Inmortal She [H.P] [HoTD]
FanfictionEn el año 129 D.C la princesa Lucenys Velaryon moría en Dragonstone con catorce años. La versión que el reino conoció fue que el Extraño la reclamo luego de luchar contra una terrible fiebre provocada por la mordedura de una serpiente. La verdadera...