Cap. 4

356 36 4
                                    

N. Lana ~

Me rei de nuevo por su expresión, parecía realmente a penado. Cómo cuando los atrapadaba a él y a papá diciéndose cosas cursis o dándose besos.

- Muy graciosa - lanzo una almohada en mi dirección para que me callara - respetame soy mayor.

- En realidad creo que aquí no eres tan mayor - intente sacar cuentas - debes llevarme ocho años a lo mucho.

Me recarge en la pared mirandolo, parecía realmente tranquilo. Quizás no todos era tan desastroso cómo creía.

***

N. Auron ~

- ¿De verdad? - la escuche hablar un poco de eso, parecía relajada. Era agradable escucharla hablar, entonces note lo cómoda que se veía conmigo - ¿Siempre es así?

- ¿Qué cosa? - hablo por fin acercándose y dejando a Frederick en el piso.

- Las interacciones, parecer más tranquila háblanos conmigo que con Luzu - intente no escucharme por entrometido.

- Bueno, creo que si - se sentó en el piso con la espalda recargada en el sofá- solo quiero que mi pa... que Luzu este orgulloso de mi. Tu siempre pareciste feliz con lo que hacía o por cómo era.

Hubo un leve silencio y casi como si pudiera leerme la mente comentó.

- Aun qué creo es en parte mi culpa, nuestra relación era buena hasta que lo desobedeci al punto donde le coste la alcaldía de ese tiempo - miro el piso antes de continuar - Por eso empecé e entrenar con el tío Willy y el señor Vegetta, no quería que ustedes pensaran qué no me importaba nada. Nuestra relación mejoro un poco después de eso, incluso me enseñó a usar el arco, ya sabes lo bueno qué es con eso.

No pude evitar observaba con las deteniendo, su tono, la forma de hablar, las expresiones. Era cómo ver a Luzu hablando, pero con juventud y con ideas más similares a las mías.

- Mhm - la escuche quejarse, entonces note que probablemente debía estar muy cansada.

- ¿Ya comiste? - hable mirándola, ella frunció el ceño - haré cena, descansa un rato.

Me levante rápidamente, comencé a buscar algo decente que hacer estre los cofres. Quizás podría hacerle algo con protenia, quizás ternera con puré de papa. Estuve un rato dedicándome a cocinar hasta que escuche puertas abriéndose y escuche un leve grito.

- ¿Tú quién eres? - camine rápidamente mirando a Monica frente a la chica, tenia un cuchillo en su mano y la apuntaba con el.

Me acerque pero la castaña me hizo una seña para qué no me acercara.

- Me llamo Lana - hablo levantando las manos en seña de paz.

- ¿Por qué siento que te conozco de algún lado?

- Bueno, soy hija de Auron supongo que me parece a él - hablo, la pelinegra me miro y yo solo me limite a sentir con algo de duda.

La pelinegra bajo el arma y le coloco en su cinturón, la menor la miro unos segundos.

- Bueno - grite rompiendo el silencio incómodo - a cenar.

- Hasta que haces algo decente - hablo Monica mirando la mesa, Lana se acercó mirando todo y sonrió.

Casi siento cómo si mis piernas fallarán al notar que tiene la sonrisa del el caótico de mi vecino. Ambas se sientan , yo coloco los cubiertos frente a ellas y les sirvo algo de limonada.

- Se ve...

- No tan mal - completo la pelinegra quitándome la palabra de la boca a la castaña.

- Callate y come, arpía - solté con burla y eso le generó gracia a mi compañera de casa.

La cena fue, para mi sorpresa muy agradable. La conversación fluyó entre ellas cómo si se conociera desde siempre y me sorprendí cuando moniga incluso se rio un poco del sarcasmo de la menor. Nos contó un poco de su rol en el pueblo, si era parte de lo militar. Pero también en su tiempo libre estudiaba herbolaria con Vegetta y pintaba junto a Mal. Todo fue tan hogareño que incluso le prometió a Monica pintarle un cuadro del pueblo para su cuarto antes de regresar a su hogar.

Recogimos todos juntos y la chica se quedó un rato hablando hasta que notamos que ya no estaba hablando. Me asome a la sala para encontrarla sentada con Fredrerick en sus piernas y profundamente dormida.

- Me agrada - hablo Monica dándome un ligero susto - Parece... aceptable.

- También me agrada - dije mirándola unos segundos.

- Vamos - la pelinegra se acercó a ella y tocó su frente, cagandose un manotazo. La castaña se levantó soltando manotazos y asustando al animal en sus piernas.

- ¿Qué crees...

- Esta bien, esta bien - me acerque a ambas y tome su mano para frenarla - somos nosotros, te quedaste dormida.

- Yo...

- Vamos, mocosa - Monica ignoro lo ocurrido, supongo que no quizo qué la menor se incomodaba o se disculpara - Te dejare dormir conmigo.

Del futuro al presente. - LUZUPLAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora