Capítulo 1: La ladrona de croquetas

5.7K 230 4
                                    

Pedri

La ventanilla bajada me hacía respirar el aire de Tenerife, de casa. El Sol asomaba con fuerza como lo solía hacer siempre y en mis cascos sonaba Bad Bunny amenizando mi camino.

Al volante iba mi padre, que me había recogido en el aeropuerto y no podía parar de pensar en las ganas que tenía de darle un abrazo a mamá y a la abuela.

No estaría aquí tanto tiempo como me gustaría, un mes y algo más. Pronto debería volver a Barcelona, en Agosto empezaría la temporada y yo debería estar a tope de nuevo. Pero eso no impediría disfrutar al máximo este mes. Junio sonaba bien de la manera que fuese, incluso si era sin salir de la tasca de mis padres.

Suponía que mamá y la abuela habrían dado eco de que volvía, como hacían siempre. Así que, me esperaba cualquier cosa al volver a casa.

El cartel de Tegueste me hizo volver de mis pensamientos. Y mi acción fue retirarme los cascos para charlar con mi padre ante mi inminente llegada a la tasca.

— Todo sigue igual ¿no?

— Ya sabes que sí —Mi padre sonrió divertido y yo respondí de la misma forma.

Claro que todo seguía igual. Fer, mi hermano, venía con mucha mas frecuencia que yo y cuando volvía a Barcelona me ponía al día de todo. Era una manera de no sentirme tan alejado del pueblo.

Papá no tardó en aparcar justo en frente del bar. Donde ya se veía un gran aflujo de gente desde fuera. Todos conocidos, por supuesto. Sabía que ni mamá ni papá habrían avisado a nadie que no quisiese yo ver ahí.

Venía con ganas, tenía muchas ganas de saludar a todo el mundo. Había podido dormir durante las horas del vuelo y no me notaba para nada cansado. También tenía hambre, sabía que habría comida rica esperándome al cruzar la puerta así que esa era la menor de mis preocupaciones.

— Anda, entra, te están esperando —Mi padre se bajó del coche divertido y yo no tardé en hacerle caso.

— ¡Pedri! —El bar coreó ante mi entrada. Sonreí divertido.

— ¡Ay ay ay! ¡Mi nieto guapísimo! ¡Mi divino! —Mi abuela se abalanzó sobre mi llenándome de besos la cara.

— Oye ya veo que me has echado de menos —Le devolví al abrazo divertido.

— Mamá, lo vas agobiar —Mi padre sonó divertido detrás mío.

— Tu calla —La abuela le dio suavemente con un trapo de cocina que portaba en su mano.

— ¿Qué tal el viaje cariño? —Mamá me abrazó dulce y yo le correspondí acariciando su espalda con cariño.

— Bien, he dormido casi todo el rato.

Vislumbré a mi hermano apoyado en la barra sonriéndome el cuál se limitó a levantar la cerveza que llevaba en su mano a modo brindis de manera divertida.

Cuando mi familia se separó de mi, los demás comenzaron a acercarse hacía mi. Todos saludaban con cariño, me felicitaban por la temporada pese a no haber ganado ningún titulo y me sonreían entusiasmados. Joder, que bien se sentía estar en casa.

Notaba el calor de mi gente hablándome pero también notaba el rugir de mi estomago por lo que entre disculpas y prometiendo volver a hablar luego logré  llegar hasta Fer, el cuál me observaba divertido.

— Tienes hambre  ¿verdad? —El tono jocoso de mi hermano me hizo asentirle de manera desesperada.— Voy a sacarte algo de comer, vengo ya

— Por favor, dime que mamá ha hecho mis croquetas favoritas

La chica de las flores  [Pedri Gonzalez] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora