Capítulo 4: Los futbolistas no son de fiar

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Ali

Caigo exhausta sobre el sofá después de la ducha. Son las siete de la tarde, no hace mas de cuarenta minutos que Pedri me ha dejado en la puerta de casa.

Ha sido un día de los mas interesante, he visto todas las especias de flora que quería ver y aun que me cueste admitirlo, lo mejor de la travesía ha sido el.

Me miraba y me escuchaba. No todo el mundo me escucha siempre, soy bastante habladora y cuando hablo de plantas no se callar. Pero a él parecía no importarle incluso se interesaba por lo que contaba.

Mentiría si dijese que en mas de una ocasión me he quedado completamente embobada mirándolo y he tenido que apartar la vista para que no pensase que estaba loca o algo así.

Estoy más que acostumbrada a ver futbolistas desde que tengo uso de razón. Papá se dedica a todo esto al fin y al cabo. Pero con el, no es lo mismo. Tiene algo diferente en la mirada quizá un brillo diferente en sus ojos o algo que me capta de una manera u otra.

Es guapo, sí, mucho además. Pero yo he visto muchos futbolistas guapos que no han captado así mi atención pese a intentarlo. Quizá me fijo más porque aquí esta fuera de ese ámbito. Debe ser eso.

Recuerdo que hoy no he hecho la llamada reglamentaria y cojo el teléfono para hacer videollamada con mamá. La cual no deja que suenen mas de dos tonos porque enseguida lo coge.

— ¡Cariño! ¿Qué tal? —La cara de mamá aparece en mi pantalla y sonrío.

Es tan guapa para la edad que tiene.

— Hola mamá. Un poco cansada ¿que tal todo?

— Acabo de llegar de mi clase de yoga y estoy intentando convencer a tu padre para que mañana salgamos en barco pero dice que tiene muchas cosas que hacer —Mamá me guiña un ojo y yo dejo escapar una carcajada.

— Al final siempre lo convences, no te preocupes.

— Lo se

— ¿Que tal los repes?

Los "repes" son mis hermanos gemelos. Los llamo así porque son idénticos y están repetidos, como los cromos de futbolistas que coleccionan.

— Ya sabes, como siempre mas trastos que ayer pero menos que mañana —Dejo escapar un sonrisa débil, ambos son traviesos y desastrosos— Pero bien, han llegado hace poco de entrenar

— ¿Fuet que tal? ¿me echa de menos?

— Lo tengo en mis pies pidiéndome que le tire jamón —Mamá enfoca a mi hijo y yo sonrío feliz de verlo.

— ¡No le des! Sabes que es súper alérgico

— Ya.. ya.. ¿Tu que tal? ¿Que has hecho hoy?

— He ido al Teide, ya me queda menos para terminar todo —Sonrío exhausta y mamá asiente.

— ¿Has ido sola?

— Con un amigo

— ¿Amigo?

— Hola papá —Respondo divertida cuando hace esa pregunta apareciendo en escena.

— Hola cariño —Mamá lo enfoca divertida— ¿Has ido con un amigo?

Asiento

— Lo conoces

— ¿Yo?

— Es uno de tus jugadores estrella —Le digo divertida y abre los ojos.

— ¿Has ido con Pedri? —Coge el móvil de mamá de inmediato y yo sonrío divertida.

— Se ofreció a llevarme el, es muy majo

La chica de las flores  [Pedri Gonzalez] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora