La chica de las flores [Pedri Gonzalez]

Capítulo 3: Viola cheiranthifolia

Pedri

Sorprendentemente iba a llegar puntual. No por que yo no fuese puntual si no porque eran las cinco y veinticinco de la mañana y había podido levantarme sin ningún problema.

Y eso en mi no era raro mientras que fuese a una hora decente y mas cuando ayer tarde tanto en irme a dormir. Pero a diferencia de otra veces, me había levantado enérgico y contento.

Cuando aparco delante de casa de mi abuela miro la hora, aun no son y media pero falta poco. Las luces de la planta de arriba están encendidas así que deduzco que Ali está despierta y va a bajar ya. Espero que esté algo animada para que podamos hablar de algo.

Ayer me quedé en blanco con la vi. No se porque no me salían las palabras, porque es que nunca me ha pasado. Me interesa mucho ella en sí, necesito saber cosas de ella y no se porqué. Por que fue evidente que no le impresioné lo mas mínimo. Se cuando le impresiono a una chica perfectamente y lo de ayer no fue el caso.

Por lo que, ahora me veo en su puerta esperándola para pasar todo el día juntos haciendo turismo por el Teide.

La veo bajar y lo primero que observo es su coleta desenfadada, una sudadera (porque son las cinco y media y algo de frío hace) y deja ver que lleva unos pantalones cortos tipo malla de deporte, pero digo deja ver porque la sudadera no deja ver mucho. Lleva zapatillas de deporte y unos calcetines largos. Además, lleva una mochila con ella. Sonríe cuando me ve y desbloqueo el coche para que pueda entrar.

— ¡Buenos días! —Su energía me abruma en un primer momento así que espero a que se acomode.

— Buenos días, que buen despertar

— En realidad la alarma lleva sonando desde las cuatro y media de la mañana —Se encoge de hombros divertida mientras deja la mochila en sus pies y yo arranco el coche.

— ¿Y para que te despiertas una hora antes? ¿Tanto tardas en prepararte?

— Que va, si no me he levantado hasta las cinco y veinte —Su gesto es tranquilo mientras se abrocha el cinturón. La miro con cara de no entender nada y ella sonríe.— Pospongo bastante la alarma, la verdad.

— ¿Entonces eres de la que se le pegan las sabanas?

— No, hombre. —Niega mientras pongo en marcha el coche— Si se que tengo que levantarme a una hora, la alarma empieza a sonar una hora antes porque me gusta darle a posponer.

— ¿Y puedes volver a dormirte?

— Yo si, el Iphone pospone la alarma 8 minutos lo cual es suficiente para volver a dormirse

— Pero te vuelve a despertar

— Si, pero le vuelvo a dar a posponer y me vuelvo a dormir

Me quedo pensando unos segundos, noto su mirada clavada en mi y bufo divertido.

— No tiene mucho sentido

— La verdad que no, en mi casa mi madre harta de escuchar la alarma me dio la habitación mas alejada de ellos. —No le veo la cara ahora mismo porque mi vista esta fija en la carretera pero noto como sonríe.

— ¿Dijiste ayer que todo esto es para un trabajo de la carrera? ¿El trabajo de fin de grado?

— Sí

— ¿Pero que edad tienes? ¿veintitrés?

— Diecinueve, pero a finales de este año veinte —Me avisa y frunzo el ceño, mi cabeza empieza a hacer cálculos mentales y algo no me cuadra.

— ¿Pero una carrera no dura 4 años?

— Bueno depende de la carrera, pero si, este es mi último año