Ali
Cuando era pequeña mamá me apuntó a ballet porque le dijeron que eso me haría tener una disciplina formada y me ayudaría a liberar energía puesto que era una niña muy inquieta. Lo cierto es que no resultó nada mal. Llegaba reventada a casa lo cual mi madre agradecía y además me gustaba bastante.
El final de mi carrera de bailarina terminó a las ocho años. La profesora me dio un baile en solitario para la exhibición de invierno y lo acepté orgullosa. Como era una niña muy disciplinada practicaba todos los días, hasta por la noche delante del espejo mientras mamá me preparaba el baño de antes de dormir.
Una modista me hizo un vestido precioso que me encantaba y mamá había llamado a toda la familia para que acudiese a la exhibición. Aquellos días fui feliz pensando en lo bien que se me daría bailar delante de todo el mundo.
Una semana antes de la exhibición, soñé que me caía en el escenario y todo el mundo se reía de mi. Al día siguiente, desarrollé un movimiento involuntario de manos que no se detenía. Temblaban sin parar, intenté pararlo de muchas maneras pero apenas me permitía si quiera comer algo. Temblaban sin parar, mamá y papá me llevaron preocupados al médico y lo diagnosticaron como una crisis nerviosa.
No pude bailar delante de nadie y ahora cada vez que tenía que ser el centro de atención mis manos temblaban. A veces con menos intensidad que otras, pero yo sentía ese temblor.
Como ahora mismo, la manos temblaban a una velocidad que nunca antes había sentido. Un montón de gente esperaba fuera que yo hablase. Montones de amigos de papá, toda mi familia, amigos míos esperaban que yo saliese a ese mini escenario y expusiese mi trabajo.
Pero no podía, mi cabeza estaba centrada en mis manos. El corazón las acompañaba a mil por hora, sentía el latido en ellas y en mi garganta. Se había formado un nudo muy incómodo alrededor de mis cuerdas vocales que me impedía hablar. No podía salir de este baño, no quería salir de este baño. Al menos aquí nadie me vería caerme.
Sentada en la tapa del váter intenté de nuevo detener mis manos, me senté sobre ellas implorándoles que parasen, que se detuvieran de una vez porque tenía que salir y no decepcionar a todo el mundo que esperaba fuera. Respiraba intentando encontrar paz en mi mente pero de nuevo el temblor marcaba el ritmo de mi cuerpo y estaba empezando a desesperarme.
Llevaba aquí mas de media hora, había huido a este cubículo cuando había empezado a entrar gente sin parar a la galería.
— ¿Ali? —La voz de Sira retumbó al otro lado de la puerta y cerré los ojos con fuerza.
— ¿Estás bien? —Esta vez es la voz de Ona la que suena al otro lado.
No se cómo saque la fuerza pero conseguí decir algo.
— Salgo enseguida
— No va a salir —Escucho como Ona lo deduce al instante y seguidamente Sira resopla.
— No seas agorera —Sira le riñe y entonces yo resoplo agobiada.— Oye Ali, estamos contigo ¿lo sabes no?
No pude decir nada, la angustia se estaba apoderando de mi. Las lágrimas habían comenzado a amenazar con salir y yo estaba al borde de derrumbarme.
— ¿Nos dejas pasar? —Ona toco la puerta con sus nudillos y yo empuje en contra para evitar que entrase.
— Salgo enseguida de verdad
Sabía que tenía que salir, lo sabía, pero mis piernas estaban bloqueadas.
— Es igual que en el colegio —Ona murmuró pero yo la escuché.
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La chica de las flores [Pedri Gonzalez]
FanficPedri vuelve después de una larga temporada a su pueblo natal buscando calma y tranquilidad. Aunque pronto se verá envuelto en un torbellino de emociones y sentimientos junto a una chica rubia que no entraba en sus planes. Ali en cambio se encuentr...