Serendipia

Celebrationem.

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UN AÑO DESPUÉS.

El rumor de voces se escuchaba lejano, una luz me llegaba directo a la cara y lo único en lo que podía pensar era en la calidez de que me ofrecían las sábanas de mi cama, poco a poco estaba desapareciendo. Cuando por fin logré despertar lo primero que vi fue una torta decorada con velas de todos los colores encendidas, mi madre sosteniendo el postre, mientras que atrás suyo se encontraba tía Grace, Max, Bibi, Adrián y Marcel, estos 3 últimos eran científicos del programa Avatar con los que me relacionaba, todas las personas en la habitación estaban terminando de cantar las mañanitas y mi mamá se sentó a mis pies para que pueda soplar las velas.

-Y ¿nos dirás que pediste Kassi?- me pregunto tía Grace mientras retiraba las velas del pastel.

-Si les digo ya no se cumplirá, y de verdad quiero que se cumpla- dije mientras sacaba un poco de crema con mis dedos.

-Vamos Kassi, si nos dices con Amanda ayudaremos a que se cumpla, lo prometemos- dijo mi tía.

-Bueno... les diré uno, pero de verdad me deben de ayudar a cumplirlo ¿sí? - dije para luego verlas asentir - quiero visitar la aldea, sé que me dijeron que no podría, que los humanos no somos bien recibidos, pero me gustaría ver con mis propios ojos las cosas tan bellas que me cuentan Ney y Syl, y poder enamorarme de ellas como las chicas y jugar y correr entre los mismos árboles que Arvok y Tsu'tey y demostrarles que soy más ágil que esos dos cabeza de prolemur.- Luego de decir aquello mamá y tía Grace se miraron mutuamente moviendo la cabeza de un lado al otro hasta que mi progenitora soltó un gran suspiro, mientras su hermana decía – Bueno, pequeña, creo que te puedo ayudar con eso, Mo'at me permitió ir al árbol casa, hoy, quizás pueda ir y llevarte conmigo, pero me tienes que prometer que no harás ninguna imprudencia y que serás lo más respetuosa que puedas.

Apenas término de decir aquello, salte de mi cama para abrazar a mi familia mientras repetía muchas veces lo feliz que estaba, que no rompería nada y que sería la niña más obediente de todo Pandora.

-Vamos Kassia, ¿tienes tu mochila para la escuela?- me pregunto la científica mientras tomaba su equipo de recolección de muestras y lo dejaba preparado para subirlo a la nave que nos llevaría a la escuelita – Si tía, solo me falta llevar torta, le prometí a los chicos que les llevaría, ¿puedes por lo menos pensar que no tienen pastel de cumpleaños? Es lo mejor de estar de cumpleaños, sin pastel no se puede celebrar- termine de decir mientras me acercaba a la mesa de la cocina comunitaria para buscar un envase donde pueda llevar 5 trozos de torta para compartir, mientras tía Grace se acercaba riendo mientras me ayudaba a cortar el postre. – Si te creo Kassia, después de todo el pastel de cumpleaños es una tradición humana, ya verás que ellos tienen la propia – decía mientras me entregaba el envase cerrado para que lo guarde en mi mochila, junto con un repuesto de tanque de oxígeno y algunas hojas para la escuela. 

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Estábamos sentados sobre una manta que trajo Ney desde su casa, al medio se encontraban unos vasos casi vacíos con jugo de alguna fruta dulce de Pandora color morado, en las piernas de cada uno se encontraba una corteza de árbol que cumplía la función de plato, mientras los na'vi comían con sus manos el pastel que les traje sin que les importes si se manchaban de crema porque la lamían enseguida, mientras yo usaba un tenedor que me traje desde la base, ya que no me apetecía manchar la exomáscara con crema, si ya era tedioso tener que quitar y poner constantemente cada que quería un bocado de pastel, lo era aún más si esta se encontraba manchada.