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La luz del dia ilumina mi habitación, mis ojos pesan ya que anoche me costó mucho dormir, me espera un día largo y agotador. Odio tener que levantarme temprano.
Ozzy, mi gato de apenas unos 6 meses salta sobre mi cama super activo, eso significa que tiene hambre.
—Si tan solo pudiera ser tu, estaría comiendo y durmiendo todo el día. —aclaré mi vista. —te envidio bebé.
Ozzy solo me observa con sus hermosos ojos verdes, le doy un pequeño beso y lo abrazo, dándole todo el amor que se merece. Aunque ser cariñoso no es parte de él, aun así lo trato como el rey de la casa. Me levanté y le di su desayuno.
—¡Buen diaaa! ¿Cómo amaneció la princesa del reino de los corazones de azúcar? —Mi padre eufórico apareció por la puerta.
Desde que mamá falleció ha hecho todo lo posible para llevar un duelo tranquilo. Él y mi madre me tuvieron a los 21 años de edad y desde ese entonces se casaron.
A Sofía hace dos años le diagnosticaron Leucemia, lo cual no resistió. Cuando murió, una parte de mi se fue con ella, solo espero que donde sea que esté, sea feliz. Sin embargo, estos 17 años que pasó a mi lado sé que fue la mujer más feliz de la tierra, tenía un esposo del que estaba completamente enamorada y una hija que fue producto del amor que se tenían. Tom dentro de todo lo lleva bien, lo hace por mí, aunque sé cuánto extraña a mamá.
—corazones de azucar? Papá Por favor, toca antes de entrar y sobre todo no me asustes así. —rodé mis ojos, sabe que soy muy celosa con mi espacio personal.
—Perdón cielo, es que estoy muy ansioso, mi otra mitad se va lejos —Hizo pucheros acercándose para besar mi mejilla.
—Vamos tom, solo será un año para poder terminar la preparatoria, aparte no estaré sola, los carver son mi segunda familia —Comenté despreocupada.
—A mí me dices papá o amor de tu vida, nada de tom —Me apunto fingiendo enojó —Vamos, alístate así desayunamos.
El hombre desapareció de la puerta. Papá consiguió trabajo en una notaria importante de Nueva York, no quería que me quedara sola, así que habló con Amelia y Harry Carver para que pueda quedarme con ellos el resto del año, que por supuesto aceptaron encantados.
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