DIEZ - Hagamos una colecta

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En el Colegio
(DIA 4)

Era el cuarto día desde que el Señor Hargreeves había dejado a su hija en manos de Cinco para que la cuidara mientras estaba de viaje

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Era el cuarto día desde que el Señor Hargreeves había dejado a su hija en manos de Cinco para que la cuidara mientras estaba de viaje. La noche anterior habían sido atacados por primera vez y la noticia corrió más rápido que la velocidad de la luz.

--¡Amiga! --Henry la estaba esperando en la puerta de la escuela.

No solo su mejor amigo estaba esperandola, sino también un considerable grupo de alumnos; entre ellos Derek. Todos le preguntaban lo mismo: ¿Estas bien? ¿Te lastimaron en la cabeza que traes una venda? ¿Cinco te salvó? ¿Crees que aun sigas en peligro? etc. A lo que ella trató de responder con la mayor calma posible.

--¡Estoy bien! Y si solo sufrí una pequeña herida en la frente es gracias a Cinco --dijo en voz alta frente al grupo de jóvenes que la escuchaban atentamente. --No se si algo así volverá a pasar, pero no se preocupen que estamos preparados. Sin embargo, me gustaría proponerles algo --todos la miraban y oían con mucha atención. --La cafetería Griddy's sufrió una perdida material muy grande por todo lo sucedido y no he dejado de pensar en Agnes, la dueña. Asi que se me ocurrió que podríamos ayudarla, juntar dinero y hacer una obra de bien ¿Qué dicen?

--¡Yo te apoyo amiga! --obviamente que Henry fue el primero en responder mientras el resto solo se miraba entre sí.

--¡Y yo! --exclamó la hija del Director. --Todos disfrutamos de sus exquisitas donas y sus tazas de café nos han animado más de una vez ¿No es así?

--Sharon tiene razón, como Capitán de Equipo de Fútbol me comprometo a ayudar en lo que haga falta. Al fin y al cabo dinero es lo que nos sobra ¡¿O no?! --desafió Derek a la mayoría de los que miraban a Alondra como si estuviera diciendo un disparate.

--Creo que esta Escuela nos ha enseñado muy bien sobre ética y solidaridad... es tiempo de demostrar que sus alumnos han aprendido la lección.

Al ver que tanto la hija como el sobrino del Director apoyaron el pedido de la señorita Hargreeves, se comenzó a correr la voz y muchos de los alumnos se comprometieron a ayudar. Cuando la noticua llegó a oidos del Sr. Russo no lo quedó más que reunir a los cuatro jóvenes y felicitarlos, ofreciendoles lo que necesiten para llevar a cabo su noble tarea.

--¿Qué les parece si nos reunimos en mi casa para contar el dinero que recaudamos en la cuenta de la Escuela esta tarde? Mi papá no tiene problema con eso.

--Por mi está bien --fue la respuesta de Derek y Henry.

--Yo no tengo permiso de ir a ningun sitio más que a la escuela y a mi casa, disculpen. Son las nuevas ordenes de mi papá... ya saben, por lo que pasó.

--¿Y por qué no vienen ustedes a la Mansión? --preguntó Cinco, quién había oído la sugerencia de Sharon. --El Señor Hargreeves no tendrá problema con eso, estoy seguro.

Todos aceptaron y acordaron reunirse antes de que termine el día.

•••

--Gracias por hacer esto, no es tu trabajo prepararme la merienda.

--Ya lo se, pero no me molesta --Cinco se acercó a Alondra para revisar la herida de su frente. --¿Te duele?

--Poquito... ¿Y a ti, te duele la tuya?

--No, ya sanó. No te preocupes por mi. --Tomó un algodón mojado con un líquido cicatrizante y lo pasó por la frente de la adolescente.

--Auch... --se quejó apartando su rostro unos centímetros.

--Lo siento --Cinco volvió a pasarle el algodon acompañandolo con un suave soplo que salió de sus labios. Los cuales acercó más y más de manera casi instintiva hasta tocar la frente de su contraria dejando sobre su piel un pequeño beso. --Listo, no te pongas la venda, estarás bien.

--Gra...cias --respondió algo nerviosa mientras él aun permanecía frente a ella a una corta distancia.
Por alguna razón se había puesto nerviosa y el corazón le latía con más fuerza que hace diez segundos atrás.

--Toma tu leche, o se va a enfriar --se alejó para tirar el algodon y lavarse las manos.

--Eh... sí, claro.

--Y creo que deberías cambiarte antes de que lleguen tus amigos.

--¿Por qué? Mi pijama de unicornios es adorable.

--No lo dudo, pero no se si es adecuado para la ocación.

--Tienes razón, iré por una corbata de la habitación de mi padre y un maletín. ¿Que dices?

--Que dejes de hacerte la graciosa y termines tu leche de una vez --una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro cuando terminó la frase.

--Sí señor.

A pesar de que las cosas comenzaron un poco forzadas y su relación fue bastante tensa al comienzo, de a poco se estaban llevando mejor y entrando en confianza.

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Perdón por no actualizar antes... es que aun no recupero mi teléfono 😢

F1V3 Proyecto Número 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora