VEINTE - Una Ducha

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En la recámara de Cinco

--Primero deberías quitarte los zapatos ¿No crees?

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--Primero deberías quitarte los zapatos ¿No crees?

--¡Buen punto! --utilizó sus propios pies para hacerlo sin perder tiempo de camino al baño.

--Yo abriré la ducha y tu quitate la... --tragó saliva --la ropa.

--Como ordenes --respondió Cinco obedeciendo lo que ella le decía.

--¡Espera! --le dio la espalda --dejame salir y luego te quitas la parte inferior,  no sería correcto que te viera --sus mejillas estaban ardiendo.

--A mi no me molesta, pero si eso te pone incómoda entonces esperaré a que salgas del baño --su voz se oia pacífica.

--Gracias, en verdad no quiero que mañana pienses que me aproveché de la situación... es todo --bajó la mirad atrayendo la atención de su contrario quién se acercó diligentemente.

--Jamás pensaría mal de ti --le tomó la mano y la colocó sobre su pecho, el cual estaba desnudo --¿Sientes eso?

--Te refieres a... --nerviosa --¿tus latidos? --alzó la vista lo suficiente como para verlo a la cara.

--Sí. Están erráticos solo por el hecho de tenerte cerca, jamás sentí algo así en toda mi vida.

--Y... ¿Eso te gusta?

--¡Si! --respondió sin vacilar --me encanta.

--Pues... mi corazón está casi como el tuyo --dijo volviendo a agachar la cabeza.

--¿Y eso te avergüenza? --ella solo negó moviendo la cabeza --Entonces mirame --la tomó del mentón para que alzara la vista.

Lo hizo, se miraron fijamente por varios segundos en completo silencio mientras él acortaba la poca distacia entre ellos. F1V3 acababa de asesinar a la persona que lo adoptó y lo hizo ser quién es, pero eso no parecía atormentarlo; al fin de cuentas asesinar es lo único que sabía hacer.

--¿Puedo? --le preguntó rozando sus labios sobre los de ella.

--¿No vas a olvidarlo mañana? --le preguntó ella con un hilo de voz.

--Claro que no --le sonrió dulcemente. --Y si lo hago, entonces, puedes ayudarme a recordar besandome nuevamente ¿No?

--Ajam...

Eso fue todo lo que pudo articular antes de sentir los labios de Cinco reclamando los suyos mientras sentía como los latidos en su pecho se aceleraban aun más. Esta vez no fue tan gentil como la noche anterior en la cocina, a demás de que el sabor a alcohol se mezclaba dentro de su boca provocandole una extraña sensación.

F1V3 Proyecto Número 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora